viernes, 12 de septiembre de 2014

Salvar a España...

Salvar a España…. Salvador Ferrer i Paradeda. Una boca cerrada es sinónimo de silencio, una lengua viperina es la calidad necesaria para salvar a España en estos momentos de incertidumbre y fractura. Así pensaría el bueno de Jorge Moragas, jefe del gabinete de Mariano Rajoy –ahora encumbrado valedor de los transplantes, mientras no sea su cerebro, dicen los entendidos-. Y es que el plan del mentado Moragas fue trazado con premeditación y alevosía; logró convencer a la “vistosa” Victoria Álvarez para que contara las intimidades de la familia Pujol ¡¡¡Con esto salvaremos España!!!. Dicho y hecho, a los pocos días la lengua viperina contaba públicamente los detalles de operaciones clandestinas dedicadas a “exportar” sacas de dinero del país en bolsas de basura, me pregunto…¿entonces también es cómplice, no?, bueno, junto con el jefe del gabinete, porque si lo sabían lo lógico era denunciarlo con anterioridad, pero no, ellos son héroes a los ojos de una larga lista de también defraudadores que ocupan altos cargos políticos y empresariales con licencia para todos menos el poder ser juzgados. Una famosa frase salió de la boca…. –la que no calló- “Uauuuu… haré un monumento a tu cuerpo” (sic de Jorge Moragas). Dicho sea de paso, un cuerpo un tanto maltratado y con poca “vistosidad” además de menos capacidad femenina (se entiende como belleza). No sé realmente que le vio Pujol junior a la muchacha, tal vez no le vio nada, pero sintió mucho. Imagínense el poder de una bolsa –o bolsas de basura-, imagínense la capacidad oratoria de la tal Victoria, imagínense la cantidad de escultores que desfilaron por el despacho anexo a la presidencia para poder llevar a cabo el mentado monumento. Así salvarán a España… aunque no de los recortes, las tramas, las mentiras, las promesas no cumplidas, los apoyos oficiales a organizaciones ultraderechistas, los aeropuertos inservibles, las prohibiciones más sensibles, los pagos no declarados, los cambios más notables, los iluminatis más memorables y la porquería que resplandece de una vieja guardia socialista ávida de poder y dinero, traidores a una causa y a un pueblo. Esa España que poco a poco muere entregada por completo a los caprichos de una banca mundial y un ordenamiento no escrito, esa España de la realeza poco estimada y capaz de ensalzar antojos caprichosos de unos advenedizos que por el sagrado “matricidio” y la ley de la vida, hacen y deshacen sin que nadie pueda reclamarles. España… de boca en boca, lengua viperina y mordaz, monumentos no erigidos y personajes salidos de la Divina comedia –poco divina y mucha comedia- . Por eso y la mucha historia que hay detrás, hoy en día la única erección posible –no la del junior Pujol- es irse de su lado, no salvamos a España, pero sí a un país –o como quieran decirle- llamado Catalunya. “Uauuuu… haré un monumento a tu cuerpo”… la frase que pasará a la historia como la salvación de los personajes de una trama que pretendía poner al mismo nivel la historia secuestrada de los catalanes y el placer sexual de unas bolsas de basura.

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