En los penales de México una práctica común es que a las afueras de éstos se lean las listas de los internos fallecidos como sucedió el pasado miércoles, a las afueras del de Cadereyta, Nuevo León, en el penal de Las Cruces, en Acapulco, donde murieron 28 internos el pasado 6 de julio y en el penal del Topo Chico, en febrero de 2016, donde murieron 49 reos.
Por lo que Jaime Rochín, comisionado ejecutivo de Atención a Víctimas, dijo que no hay todavía protocolos estandarizados a nivel nacional para informar a los familiares de las víctimas.
A pesar de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha pugnado por establecer normas de protección para los internos y sus familias, la autoridad federal señala que, en primera instancia, debe ser responsabilidad de la autoridad estatal.
James Gondles, director de la Asociación Americana de Correcionales, instancia encargada de certificar a los penales en México, explicó el protocolo que puede seguirse para para informar a familiares sobre sus internos en una emergencia:
"Después de asegurarte de que todos están a salvo tienen que tener un oficial de información pública que notifique a los familiares si un reo está herido o si el reo lamentablemente murió. No debería hacerse en la calle tendría que ser el oficial a la familia”.
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