jueves, 24 de julio de 2014
"La Tercera Guerra Mundial ya está en marcha, y es una guerra informativa"
Alexéi Mujin, director del Centro de la Información Política, explicó en una entrevista a RT en qué consiste la guerra informativa lanzada contra Rusia.
"Es muy probable que la tragedia que ha ocurrido con el Boeing 777 constituya una encrucijada en la así llamada crisis ucraniana", dijo Alexéi Mujin, politólogo y director del Centro de Información Política, en una entrevista con el corresponsal y presentador de RT Mauricio Ampuero.
Este acontecimiento trágico puede conllevar una agravación del conflicto o el comienzo del proceso pacificador real.
Mujin acusa a las autoridades de Kiev junto a las de EE.UU. de no contribuir a la investigación de la catástrofe del MH17. Afirma también que las redes sociales han contribuido a la difusión de desinformación que perturba el proceso de investigación.
El politólogo sostiene: "Se suele decir que la Tercera Guerra Mundial será una guerra atómica. Pero en mi opinión, la Tercera Guerra Mundial ya está en marcha, y es una guerra informativa".
Sin embargo, a parte de las guerras mediáticas, los conflictos militares siguen siendo un peligro. Fuerzas interesadas en una escalada de violencia en un territorio podrían contribuir al despliegue de una "hoguera mundial"
El experto subraya que algunas partes del asunto, entre ellos EE.UU. y el Gobierno de Kiev, "están haciendo énfasis en el aspecto político".
Mujin cree que los adversarios de Rusia se beneficiaron totalmente de la tragedia, y "no importa si fue un accidente casual o se trata de un derribo premeditado de un avión civil". Esta situación, según él, podría influir de alguna manera en el resultado general de la investigación y, como consecuencia, tergiversar la verdad.
El politólogo acusa a Kiev de cumplir la voluntad de los Estados Unidos y afirma que Washington ha llevado a Piotr Poroshenko a la Presidencia. Para el politólogo existen ciertas fuerzas externas, representadas por los Estados Unidos, que están interesadas en desarrollar los negocios de sus empresas, en particular, los de Shell y Chevron, que ahora están firmando acuerdos potencialmente rentables con las nuevas autoridades de Ucrania. A pesar del acceso a las oportunidades económicas, las partes involucradas en la crisis ucraniana tendrán la responsabilidad política por lo que sucederá en este territorio en el futuro.
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