viernes, 1 de septiembre de 2017
Con anestésico veterinario se suicidan extranjeros en México
Ha dado a conocer el personal del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México que detectó cuatro casos de extranjeros que viajaron a México con la finalidad de suicidarse.
Susano Macario Pompeyo, subdirector técnico del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México, explicó que entre ellos no se conocían, no eran del mismo país de origen, sus edades eran diferentes, ninguna persona era de más de 60 años, el más joven de 35 y el más grande de 45.
El primer caso se documentó a finales de 2015 y los últimos dos suicidios ocurrieron en marzo de este año. Las víctimas provenían de Rusia, Turquía, Italia y Dinamarca.
En los cuatro casos hay una serie de similitudes, pues todos planearon con antelación el viaje a México y por separado, buscaron páginas en internet que informan sobre las formas de suicidarse.
Ellos pagaron por adelantado varios días de hospedaje en diferentes hoteles de la Ciudad de México y colocaron letreros de no molestar, luego utilizaron un potente anestésico de uso veterinario para quitarse la vida. Ninguno dejó recado póstumo y en la necropsia el resultado arrojó que no padecían alguna enfermedad terminal que pudiera ser motivo para el suicidio.
Rocío López Orozco, perito en psicología, afirmó que es una situación lamentable, pero la gente cada vez más está optando por el suicidio porque hay escasos elementos que les ayuden a obtener satisfactores de vida.
Las personas descubrieron que en nuestro país podían conseguir fácilmente el anestésico de uso veterinario que necesitaban para suicidarse.
Susano Macario Pompeyo, subdirector técnico del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México, dice: “A través de la venta informal pudieron conseguirlo. De los cuatro casos que tenemos, ninguno tenía una receta prescrita. Ellos lo consiguieron a través de internet”.
En el internet es fácil encontrar vendedores que ofertan el anestésico sin ningún tipo de regulación. Para adquirir el medicamento en un establecimiento se requiere de una receta expedida por un veterinario certificado. Sin embargo, existe un mercado negro.
De esta manera se hizo un experimento en el municipio de Melchor Ocampo, en el Estado de México, para comprar el medicamento sin receta, lo que fue muy fácil.
En unos minutos, al presunto comprador le vendieron no sólo unas gotitas del medicamento, sino el frasco de 100 mililitros, como los que ocuparon los cuatro extranjeros con un costo de 384 pesos, más 100 más por la receta cuantificada.
Con esta acción se comprobó que a cualquier persona y de cualquier edad se le puede vender esta sustancia, aunque los veterinarios lo usan para el sacrificio de los animales.
Hay que alertar a la población, alertar a la autoridad, sobre todo, a las autoridades sanitarias y Procuradurías. A los servicios médicos forenses de la República mexicana, que les pueden llegar casos, alertó Susano Macario Pompeyo, subdirector técnico del Instituto de Ciencias Forenses de la Ciudad de México.
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