Por: David Esquivel
Cuautitlán México.- Edoméx.-Janet Guadalupe, movió su brazo izquierdo y asomó la mano; ese fue el momento en que el grupo de rescatista llegados desde este municipio hasta el edificio caído de la Unidad Habitacional Tlalpan vieron coronado su esfuerzo, después de 25 horas de arduo trabajo por fin lograron abrir un boquete entre los escombros y sacar con vida a Janet Guadalupe.
“Fueron más de 25 horas de labor para retirar lozas del edificio colapsado”, de dicha unidad habitacional, expresó David Araiza Monroy, comandante de la brigada del cuerpo de bomberos de Cuautitlán que participó en el rescate.
“vimos su mano, y la euforia fue tal que escarbamos y escarbamos para dejarla completamente libre, sacamos a la mujer sin maltratar su cuerpo”, narró, quien estuvo al frente de la cuadrilla de bomberos que ingresaron entre los escombros para ubicar a la víctima de al menos 35 años de edad, quien se encontraba en el primer nivel del edificio caído de seis pisos, cuyas lozas quedaron como sándwich, a decir del entrevistado.
Relata que las labores de rescate comenzaron alrededor de las siete de la noche del martes 19 de septiembre y concluyeron con la ubicación de Janet a las 21:30 horas del miércoles. Los rescatistas utilizaron tecnología especial proporcionada por el Ejército mexicano y perros; a ratos aplicaron maniobras de silencio que permitieron escuchar quejidos, se dedicaron a retirar fragmentos de cemento hasta encontrar a la víctima, comentó el jefe de bomberos.
En entrevista, el comandante describió que desde el techo del edificio fueron abriendo boquetes hasta bajar al primer piso. Narró que en algún momento a ras de losa vieron una mano acompañada de un “Aquí estoy, sáquenme”; “fue un momento de euforia, (Janet) logró mover el brazo izquierdo y sacar su mano de entre los escombros”, dijo. “Ya la encontramos, tenemos una víctima con vida”, gritaron los rescatistas y en segundos, militares, paramédicos y las manos se multiplicaron para pasar una camilla y sacar a la joven mujer, comentó David Araiza.
“Las jornadas de labor son intensas de mucho estrés, pero el cansancio se queda a un lado cuando el objetivo es salvar vidas y rescatar cuerpos de entre los escombros de edificios de la ciudad de México”, comenta el rescatista.
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