• Aún y así, además de según la crisis económica en que está sumergida la hacienda, prevalecen gastos suntuosos de la operación de la aeronave y nómina para tres pilotos.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 16 de octubre del 2017.- Pese a la según crisis financiera que padece el gobierno de Olvera, el alto nivel de endeudamiento público y privado, se suma el dispendio.
En ese sentido, y despejar la duda entre otras presuntas estrategias, la operación del Helicóptero “Águila 1”, a saber si vale la pena seguir invirtiendo más de Un millón de pesos mensuales, para reducir el registro criminal que el municipio padece.
Los recursos invertidos tienen que ver con el destino de 298 mil pesos del Hangar, en el Aeropuerto de la Ciudad de México, así como en combustible.
De igual manera, egresos superiores al Millón de pesos, para permisos administrativos y de aeronáutica, así como gastos de nómina de tres pilotos.
En una evaluación mínima, observar la eficacia y precisamente los resultados de la aeronave en la prevención y el combate al delito en sus distintas modalidades.
Asimismo, la contribución directa en estas tan criticas tareas, que el Helicóptero ha logrado por ejemplo, en el robo a transeúntes, casas-habitación, transporte público de pasajeros, de carga, vehículos, bancos y negocios, por mencionar algunos.
Igualmente, la baja de los índices delictivos: en qué modalidad, porcentajes, comparativos, las zonas de operación de la propia policía local y la coordinación institucional en estos esfuerzos.
Dicho sea, y a Un año y diez meses de mandato, al menos en seguridad pública no tenemos los buenos resultados y continuamos administrando una estrategia fallida en este rubro.
Por otra parte, y si le agregamos al análisis el presumible equipo de inteligencia de la dirección de seguridad pública, peor las cosas, debido a que su trabajo tampoco documenta sublimes resultados.
Vemos cada uno de los registros del delito; su crecimiento, el nivel de violencia alcanzado en las calles, las ejecuciones, “desapariciones forzadas” y la guerra por los territorios.
Al tiempo, de evitar las justificaciones con eso del ámbito de las competencias, cuando el malandrín no se fija y/o sabe si el delito que comete, es del orden municipal, estatal o federal.
El asaltante, el secuestrador o el roba bancos, automóviles y llantas “va en caliente” a cometer el delito, incluso desconoce si su víctima es panista, priísta, perredista, ecologista o de morena.
NAUCALPAN Méx., a 16 de octubre del 2017.- Pese a la según crisis financiera que padece el gobierno de Olvera, el alto nivel de endeudamiento público y privado, se suma el dispendio.
En ese sentido, y despejar la duda entre otras presuntas estrategias, la operación del Helicóptero “Águila 1”, a saber si vale la pena seguir invirtiendo más de Un millón de pesos mensuales, para reducir el registro criminal que el municipio padece.
Los recursos invertidos tienen que ver con el destino de 298 mil pesos del Hangar, en el Aeropuerto de la Ciudad de México, así como en combustible.
De igual manera, egresos superiores al Millón de pesos, para permisos administrativos y de aeronáutica, así como gastos de nómina de tres pilotos.
En una evaluación mínima, observar la eficacia y precisamente los resultados de la aeronave en la prevención y el combate al delito en sus distintas modalidades.
Asimismo, la contribución directa en estas tan criticas tareas, que el Helicóptero ha logrado por ejemplo, en el robo a transeúntes, casas-habitación, transporte público de pasajeros, de carga, vehículos, bancos y negocios, por mencionar algunos.
Igualmente, la baja de los índices delictivos: en qué modalidad, porcentajes, comparativos, las zonas de operación de la propia policía local y la coordinación institucional en estos esfuerzos.
Dicho sea, y a Un año y diez meses de mandato, al menos en seguridad pública no tenemos los buenos resultados y continuamos administrando una estrategia fallida en este rubro.
Por otra parte, y si le agregamos al análisis el presumible equipo de inteligencia de la dirección de seguridad pública, peor las cosas, debido a que su trabajo tampoco documenta sublimes resultados.
Vemos cada uno de los registros del delito; su crecimiento, el nivel de violencia alcanzado en las calles, las ejecuciones, “desapariciones forzadas” y la guerra por los territorios.
Al tiempo, de evitar las justificaciones con eso del ámbito de las competencias, cuando el malandrín no se fija y/o sabe si el delito que comete, es del orden municipal, estatal o federal.
El asaltante, el secuestrador o el roba bancos, automóviles y llantas “va en caliente” a cometer el delito, incluso desconoce si su víctima es panista, priísta, perredista, ecologista o de morena.
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