• Simultáneamente a la “cifra roja”, el delito crece y crece en zonas residenciales en su modalidad de robos de llantas, vehículos y casa-habitación.
Por Mario Ruiz Hernández
NAUCALPAN Méx., a 11 de octubre del 2017.- Al margen del nivel de competencias entre gobiernos para superar el crimen en el municipio, la realidad es que Naucalpan está rebasado.
Es decir, enfrenta un alto nivel del delito en todas sus modalidades y no hay nadie que de los resultados deseados.
Las estrategias para se supone disminuir la incidencia, francamente que fracasaron y espontáneamente vemos ciertos operativos de coordinación institucional exitosos.
Sin embargo, los homicidios dolosos van a la alza y semana tras semana el estadístico de muertes violentas en las calles son una realidad al contar las ya 129 personas fallecidos a manos de la delincuencia, teniendo un promedio mensual de 12.9 personas acaecidas.
En el mismo periodo con respecto del 2016, nos encontrábamos en las 102 justamente muertes, y un promedio por mes de 10. 9, lo que nos indica el crecimiento hasta del 26.47 por ciento en estos momentos.
Decíamos que gran parte de los crueles registros tienen que ver con el asalto a usuarios del transporte público de pasajeros quienes se resisten a entregar sus pertenencias y los presumibles ajustes de cuentas entre los grupos de delictivos en la lucha por los territorios.
Aunado a lo anterior, la pandemia de robo de llantas, vehículos y a casa-habitación en fraccionamientos residenciales de Ciudad Satélite, Lomas Verdes y Echegaray.
Por otra parte, es de destacarse que pese a las según fuertes inversiones en la materia del gobierno de Olvera, la incidencia no baja e incluso la situación pareciera retadora.
De igual manera, la política de prevención del delito en la que se supone todas las áreas de la administración están inmersas en ello, se encuentra en el total fracaso.
En síntesis, Naucalpan se viene consolidando como “Una Ciudad de Miedo y Muerte “, en la que sus habitantes sobreviven en medio del pánico.
NAUCALPAN Méx., a 11 de octubre del 2017.- Al margen del nivel de competencias entre gobiernos para superar el crimen en el municipio, la realidad es que Naucalpan está rebasado.
Es decir, enfrenta un alto nivel del delito en todas sus modalidades y no hay nadie que de los resultados deseados.
Las estrategias para se supone disminuir la incidencia, francamente que fracasaron y espontáneamente vemos ciertos operativos de coordinación institucional exitosos.
Sin embargo, los homicidios dolosos van a la alza y semana tras semana el estadístico de muertes violentas en las calles son una realidad al contar las ya 129 personas fallecidos a manos de la delincuencia, teniendo un promedio mensual de 12.9 personas acaecidas.
En el mismo periodo con respecto del 2016, nos encontrábamos en las 102 justamente muertes, y un promedio por mes de 10. 9, lo que nos indica el crecimiento hasta del 26.47 por ciento en estos momentos.
Decíamos que gran parte de los crueles registros tienen que ver con el asalto a usuarios del transporte público de pasajeros quienes se resisten a entregar sus pertenencias y los presumibles ajustes de cuentas entre los grupos de delictivos en la lucha por los territorios.
Aunado a lo anterior, la pandemia de robo de llantas, vehículos y a casa-habitación en fraccionamientos residenciales de Ciudad Satélite, Lomas Verdes y Echegaray.
Por otra parte, es de destacarse que pese a las según fuertes inversiones en la materia del gobierno de Olvera, la incidencia no baja e incluso la situación pareciera retadora.
De igual manera, la política de prevención del delito en la que se supone todas las áreas de la administración están inmersas en ello, se encuentra en el total fracaso.
En síntesis, Naucalpan se viene consolidando como “Una Ciudad de Miedo y Muerte “, en la que sus habitantes sobreviven en medio del pánico.
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