En la capital de Siria, Damasco, grupos activistas y paramédicos dijeron que hubo fuertes cañoneos este martes, entre fuerzas sirias contra suburbios, dirigidos por los rebeldes, provocando al menos 130 muertos en dos días.
La violencia surgió mientras milicias oficialistas comenzaron a atacar en Afrin, en un pueblo de Kurdistán al norte del país. La artillería turca sancionó la zona, obligando a los periodistas a huir.
La prensa estatal turca reportó que las fuerzas oficialistas se retiraron a 10 kilómetros de la ciudad de Afrin.
En una zona llamada Ghouta Oriental, donde los suburbios fueron bombardeados desde hace varias semanas en los que cientos de personas murieron o han resultado heridas.
Los activistas de la oposición dijeron que las fuerzas del gobierno llevaron refuerzos, lo que indica que es próximo a una ofensiva de gran magnitud.
La zona alberga a unos 400 mil habitantes y a miles de insurgentes vinculados a una amplia gama de facciones. Las más poderosas son el Ejército del Islam y la milicia Failaq al-Rahman y grupos afiliados a la red Al Qaeda.
Paramédicos sacaron a heridos de entre los escombros, mientras que otros cavaban con fuerza en busca de sobrevivientes.
En los bombardeos se usaron aviones de guerra, helicópteros, misiles y artillería, en una pronunciada escalada de la violencia cerca de donde el gobierno del presidente Bashar al-Assad tiene su puesto.
El Observatorio Sirio, con sede en Gran Bretaña que monitorea el conflicto, dijo que este ha sido el ataque más letal en Ghouta oriental desde 2015 y que entre los muertos del lunes hay 20 niños y 15 mujeres.
El grupo asociado a la oposición Defensa Civil Siria o también llamado Cascos Blancos, anunció que los ataques aéreos provocaron 98 muertes y que aún había personas bajo los escombros.
El Observatorio y los Cascos Blancos reportaron que en Ghouta oriental hubo más ataques aéreos y bombardeos, mientras los rebeles atacaban Damasco con proyectiles de mortero, sin embargo, Los Cascos Blancos anunciaron 15 muertes el martes y por otra parte el Observatorio dijo que 23 personas perdieron la vida.
Los rebeldes respondieron lanzando proyectiles de morteros contra barrios de Damasco, asesinando a ocho personas, entre ellos tres menores e hiriendo a 15.
Una vecina de la ciudad dijo que los proyectiles caían como lluvia, "Estamos escondidos en un pasillo".
El coordinador regional de Naciones Unidas para la crisis Siria, Panos Moumtzis, dijo a través de un comunicado que "La situación humanitaria de los civiles en Ghouta Oriental se está descontrolando"
"Es imperativo poner fin a este insensato sufrimiento humano. Este ataque a inocentes civiles y a infraestructuras debe parar ahora", agregó.
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