jueves, 20 de marzo de 2014

La opinión de ... Salvador Ferrer i Paradeda (Juraría que todo es un sueño)

Juraría que todo es un sueño Salvador Ferrer i Paradeda. Amanece de un color azul claro… En las hojas de las plantas del jardín aparecen unas finas gotas de rocío… Las calles casi no presentan tránsito… El panadero me saluda con una sonrisa poco frecuente (nunca le he comprado nada porque tiene unos precios prohibitivos)… Un camión de transporte público me cede el paso en una esquina donde jamás paran ni por asomo… El policía de tránsito lanza unas palabras al aire deseándome un día inmejorable… Las aceras son como el paraíso, todo el mundo va con el semblante alegre… Suena una música celestial en las tiendas y sus escaparates exponen imágenes llenas de angelitos y corazones color púrpura… Llego al trabajo y…¡zas!, nada es verdad, todo es producto de mi imaginación. Abro el correo y no hay ninguna noticia amena, intento ver la parte positiva de cada palabra… nada, ni tan siquiera aquello de… baja la gasolina, sube el sueldo, dimiten los políticos, desaparecieron ladrones, secuestradores y gente malvada, vivimos en la gloria… nada de nada, a lo sumo una pequeña mención de un encuentro entre una madre y sus hijos después de 25 años de no verse ya que emigró a USA y hasta hoy no pudo regresar con 30 mil pesos en el bolsillo para poder pagar la universidad a uno de ellos, pero ya es tarde, el indicado torció su vida destinada a ser un abogado digno de crédito, para convertirse en un portero y guarura en un antro donde el vicio y las mujeres de vida alegre “pululan sin recato”. ¿Habrá sido un sueño el inicio de la jornada? Descubro que el motivo de todo ha sido –sin lugar a dudas- el haberme limpiado la cara con el agua del grifo…no es que esté contaminada, no, el problema es que presenta serios residuos de marihuana, la misma que en teoría fue incinerada por el cuerpo policial correspondiente y al llegar el momento de hacerlo, había desaparecido, resulta de se tiró “al río”. Todo fueron alucinaciones de una droga mal acomodada –y mal desvanecida- ¡oh! Mala suerte la mía, seguiré buscando un día alegre y unos momentos felices. Moraleja; no dejes que el brillo de los ojos se confunda con las lágrima “mañaneras”, a decir verdad las alucinaciones siempre son producto del agua del grifo.

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