martes, 8 de abril de 2014

La opinión... Salvador Ferrer i Paradeda (Romper una lanza…)

Romper una lanza… Salvador Ferrer i Paradeda. En pleno debate del Congreso español, catalanes y el resto de peninsulares se enfrascan en una pelea de sordos, digo sordos porque los no creyentes –resto de la España heredera del franquismo- no escuchan la palabra de un elevado número de catalanes que reclama la soberanía dentro del marco legal que debe permitirse a cualquier pueblo que la solicite. El derecho a decidir cómo ser y dónde estar, es personal, no de quien dice tener una razón abolida en cualquier país medianamente inteligente –esa parte dista mucho en el gobierno del reino- . Las puertas de un enfrentamiento están abiertas y claro, el bueno de Marianito…perdón, el bueno del señor Rajoy acude al miedo… imponer temor a quienes están a la espera de poder dar un voto reclamado. Que si las pensiones no se darán, que si saldrán de la Europa comunitaria –nadie ha dicho que se quiera permanecer- que si no se homologarán los estudios, que si es una isla a lo Robinson Crusoe lo que ofrecen, que si el derecho a decidir lo tienen todo el resto de españoles -¡ah caray! Porque no dice lo mismo cuando Cuba, México, Argentina, Venezuela, Guinea etc. dijo…¡¡¡ hasta aquí llegamos españolitos!!!-… en fin, un diálogo de sordos. Está más que claro que el derecho a decidir pertenece al quien quiera decidir, no ha quienes no desean que se decida. Vistas así las cosas, queridos amigos del gobierno de la España ex - imperial, -porque ya no tienen nada que rascar y ni peso a nivel internacional tienen- Catalunya hará lo que quiera hacer, dentro de los márgenes de las leyes internacionales y ustedes –servidores de un franquismo estúpido, arcaico y algo fuera de lugar- no pueden ni podrán decir nada. Los catalanes son i serán lo que quieran ser, no lo que ustedes dicten, porque el nazismo –al que tanto aluden para señalar a los catalanes- está fuera de órbita y “ustedes” siguen premiando a todo aquel que enarbole una bandera fascista, asquerosa y llena de sangre de inocentes. Pónganse a trabajar para el bien de sus ciudadanos, a los que les han robado hasta la camisa, dejen de apoyar a la banca que no es más que un ladrón disfrazado, castiguen a sus directores que dieron y cobraron un dinero que no les pertenecía, dejen de cambiar las leyes a su antojo y lo que es peor… dejen de joder a un pueblo cuya historia le pertenece y no está dispuesto a renunciar, pese a quien pese.

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