jueves, 29 de mayo de 2014

Petróleo y hierro, nuevos negocios de Zetas y Templarios

El crimen organizado en México está sufriendo una evolución; con la ampliación de sus actividades lucrativas –ya no sólo ilícitas— grupos como Los Zetas y Los Caballeros Templarios genera cada vez más recursos económicos lejos del tráfico de drogas, al punto que el comisionado de seguridad en Michoacán, el “Virrey” Alfredo Castillo Cervantes aseveró a Associated Press (AP) que los segundos obtienen más dinero por la venta internacional de hierro. En lo que va de mayo, las autoridades mexicanas han realizado la incautación de aproximadamente 168 mil toneladas de hierro, supuestamente sustraídas de manera ilegal por el grupo que lidera Servando Gómez “La Tuta”, quienes, como asegura el asesor en crimen organizado, Roberto Arnaud, “controlan toda la cadena productiva” en Michoacán, principal productor nacional de dicho mineral. En marzo de este año, la Cámara Nacional de Hierro y el Acero notificó que en 2013 pasado la industria vio mermados sus ingresos en mil 300 millones de dólares por hurto de hierro, mismo año en que el hampa exportó ilícitamente por lo menos 10 millones de toneladas de ese mineral, principalmente a China. Sin embargo, la trasformación del grupo criminal radica en que ahora intervienen de lleno en actividades productivas legales: compra y venta de automóviles usados e inmuebles; establecimientos de ropa, calzado, electrodomésticos; disqueras; compañías de seguridad; equipos de futbol; restaurantes; hoteles; transportes; y comercio de aguacate, limón, maíz, plátano, ganado y cuero, principalmente en la región de Tierra Caliente. Zetas y el petroleo En cuanto a los Zetas, tal como han venido vaticinando expertos en crimen organizado y seguridad, su ejercicio más redituable ya no es trasiego de enervantes. Por ejemplo, George Grayson, académico estadunidense y autor del libro Todos los hombres del verdugo, sobre los Zetas, a menudo ha mencionado que esta organización delictiva depende de otros negocios distintos al narcotráfico para sostenerse financieramente. Por su parte, el periodista mexicano Ricardo Ravelo autor de Zetas, la franquicia criminal y experto en temas de seguridad, los señala como el segundo grupo más poderoso en Latinoamérica, sólo debajo del cártel de Sinaloa, y el de mayor expansión en todo el país. Su poderío, puede explicar con las más de 20 actividades delictivas ejecutadas por los Zetas, distintas al narco entre las que figuran: secuestro; extorsión; trata de personas; cobro por derecho de piso a mineros, agricultores, ganaderos, sindicatos, funcionarios públicos, grupos delictivos rivales; venta de bienes en penales, armas y vehículos robados; administración de giros negros; cobro por tránsito a transportistas y migrantes, y comercio de hidrocarburos extraídos ilegalmente. De acuerdo con Arnaud, ésta última es la que mejores dividendos les genera luego del narcotráfico, gracias principalmente a la participación de petroleras estadunidenses. En 2013, se estimó que el combustible robado les dejó al menos 748 millones de dólares. Cambio de orden Para el representante en México y Centroamérica de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Antonio Mazzitelli, al menos los Templarios dejaron de ser un cártel de las drogas y pasaron a ser “una organización criminal de tipo mafioso, cuya capacidad operativa no está relacionada a un bien o mercado, como las drogas, sino a todos los mercados que les puede generar una renta”. Tal fenómeno ocurre de manera similar con los Zetas, y otros grupos como el cártel de Golfo lo están acogiendo, al tiempo que organizaciones delictivas en todo el mundo siguen dicha tendencia. Fuente; Revolución 3.0

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