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El Banco del Vaticano (Instituto de Asuntos Religiosos) va a abandonar la actividad de inversión, convirtiéndose en una institución dedicada a los servicios de pago de la Iglesia Católica Romana.
Los detalles de la reforma se darán a conocer oficialmente este miércoles por el cardenal australiano George Pell, quien dirige la administración de los bienes de la Iglesia en la Santa Sede.
De acuerdo con Reuters, el empresario francés Jean-Baptiste será nombrado como nuevo jefe del banco, conocido como el Instituto de Asuntos Religiosos, en reemplazo del empresario alemán Ernst von Freiberga.
Se espera que el Instituto de Asuntos Religiosos deje de participar en todas las operaciones de inversión. Su responsabilidad sería la de garantizar las operaciones de pago y realizar consultas financieras a las órdenes monásticas, organizaciones de caridad y empleados del Vaticano. Los activos de la Santa Sede, por su parte, serían gestionados por un departamento de nueva creación.
El papa Francisco ordenó realizar una auditoría del banco inmediatamente después de su elección. Según los funcionarios, Francisco también consideraba la posibilidad de cerrar totalmente el banco.
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