lunes, 22 de diciembre de 2014
"La mayoría de las agresiones a reporteros mexicanos las efectúan agentes del Estado"
Reuters.
México está considerado como uno de los países más difíciles para ejercer el periodismo. Pese a no tener ningún conflicto armado abierto, el nivel de peligrosidad para los profesionales de la información es equivalente al de Estados en guerra, como Irak o Siria. La asociación Artículo 19 —que lleva años velando por los derechos de la prensa— asegura que estas agresiones son un tema ignorado y silenciado por el mismo Gobierno.
Indalecio Benítez Mondragón es mexicano, periodista y, desde el 1 de agosto, un padre de luto. Un grupo de encapuchados disparó contra él y su familia frente a su casa, cuando todavía se encontraban en el coche. En el ataque murió su hijo de 12 años ante la mirada impotente de sus tres hermanos menores. "Su muerte fue instantánea. De cinco balazos que tenía mi vehículo, tres le habían destrozado el corazón", contó a RT el periodista agredido.
Indalecio atribuye este crimen a su labor periodística crítica en Luvianos, una localidad del sudoeste de México, que hace cinco años pasó a formar parte de la ruta del narcotráfico. Sabía de los riesgos de su profesión en su país, pero jamás pensó que los delincuentes se enzarzarían con su hijo. Ahora, toda la familia se encuentra bajo tratamiento psiquiátrico.
En México son comunes los ataques y las amenazas a las familias de periodistas para hacerlos callar
"A veces, inconscientemente, le hablamos al niño, –"ven a comer"- o vamos caminando y como que volteas a ver y los cuentas y ves que te falta uno", dice el padre. La familia se ha mudado ya varias veces para evitar ser un blanco fácil. Sin embargo, no saben de quién huyen. Es que en esa zona se enfrentan las fuerzas del orden y tres de los carteles más poderosos de México.
En México son comunes los ataques y amenazas a las familias de periodistas para hacerlos callar. La asociación Artículo 19 lleva años velando por los derechos de la prensa y, desde ella, aseguran que estas agresiones son un tema ignorado y silenciado por el mismo Gobierno.
"La agresión hacia la prensa va en aumento. Pareciera, de acuerdo al discurso oficial de Presidencia de la República que no, que es una situación de tranquilidad, una situación sin violencia. Pero, al menos en cuanto a cifras, el año pasado fue el más peligroso de los últimos 13 en México", afirma Iván Báez, oficial del programa de protección para la oficina de México y Centro América de Artículo 19. Esa asociación registró entonces 330 agresiones a la prensa.
Las cifras este año no son alentadoras. Hay un incremento sostenido de al menos un 10% de ataques. La mayor parte de estos gozan de una impunidad que solo se entiende tras el siguiente dato que nos dan en la asociación. "Sin duda hay agresiones a la prensa a través de grupos de delincuencia organizada, pero no son la mayor cantidad. La mayor cantidad siguen siendo de agentes del Estado, es decir, funcionarios públicos, prioritariamente cuerpos de seguridad, que agreden a la prensa".
Los delitos más graves contra la libertad de expresión, hay que ser claros, no los comete el Estado
De hecho, un 59% de las agresiones fueron cometidas por funcionarios públicos el año pasado. Pero cuando preguntamos a la institución de Gobierno pertinente sobre estas cifras, echan la mirada para otro lado. "Los delitos más graves contra la libertad de expresión, hay que ser claros, no los comete el Estado. Si hay una lista de homicidios a periodistas, normalmente tienen origen en el crimen organizado", asevera Jaime Rochín del Rincón, presidente de la Comisión ejecutiva de atención a víctimas de México.
Independientemente de quién estuviera detrás de la muerte de su hijo, Indalecio mira hacia adelante y con valor decide tragarse las lágrimas, porque hay una cosa que tiene bien clara: "Yo voy a seguir haciendo mi trabajo, que es el periodismo, que es la lucha social, la defensa de los derechos humanos. Eso es lo mío".
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