martes, 1 de julio de 2014
Imputado el expresidente Sarkozy por tráfico de influencias y sobornos
La justicia francesa investiga la participación del exmandatario en una red que le informaba sobre procesos judiciales abiertos en su contra
El expresidente Sarkozy, retenido en comisaría
EL PAÍS/ AGENCIAS París .
El expresidente Nicolas Sarkozy ha sido imputado la madrugada de este miércoles por los presuntos delitos de soborno, tráfico de influencias y la violación del secreto de instrucción, ha informado la fiscalía. La decisión de la justicia francesa llegó después de que el exmandatario estuviera detenido 15 horas declarando ante la policía judicial especializada en infracciones financieras y fiscales sobre una supuesta red de tráfico de influencias.
Horas antes, Thierry Herzog, el abogado de Sarkozy, y el magistrado Gilbert Azibert, magistrado del Tribunal Supremo, también habían sido imputados por los mismos delitos. La justicia sospecha que Azibert, cercano al letrado del expresidente, recababa información de consejeros del tribunal sobre los avances en la investigación sobre la presunta financiación ilegal de la campaña que llevó a Sarkozy al Palacio del Elíseo en 2007.
Sarkozy fue llevado a la policía de Nanterre (a las afueras de París) en un coche de cristales tintados y ante el estupor general y la indignación de sus seguidores en su formación política, la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP). Algunos no dudaron en tachar de “encarnizamiento” el trato que la justicia está deparando a su antiguo líder. Otro declaraba a Le Figaro su temor a que Sarkozy sufriera la humillación de tener que dormir en comisaría.
La celeridad con la que se está desarrollando la operación ha sorprendido a todas las fuerzas políticas, que están llamando a confiar en la justicia. Esta detención inédita se inscribe en el caso de la presunta financiación ilegal de la campaña electoral de Sarkozy de 2007, que habría contado con aportaciones económicas del entonces presidente de Libia Muamar Gadafi.
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Los investigadores intentan determinar si el exjefe de Estado y su entorno crearon una "red" de informadores que les mantenía al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazan al político conservador y jefe del Estado francés entre 2007 y 2012.
Según esa teoría, el defensor de Sarkozy le prometió como contrapartida que el expresidente le ayudaría a conseguir un puesto que buscaba en la administración de Mónaco.
Las escuchas telefónicas a las que fue sometido Sarkozy —inmerso en varios casos de corrupción —y su entorno en otoño pasado han desvelado que el expresidente de la República se servía de una red de informantes en las estructuras del Estado para mantenerse al tanto de los escándalos financieros que ahora le acorralan, muy especialmente, el caso Bettencourt, que investiga el Tribunal Supremo y que también está relacionado con la presunta financiación ilegal de la misma campaña de 2007 que le valió a Sarkozy el triunfo sobre la socialista Ségolène Royal.
Esas escuchas fueron las que desvelaron a la policía que Sarkozy utilizaba un teléfono móvil clandestino, a nombre de un tal Paul Bismuth, para hablar justamente con su abogado Herzog, que también disponía de un teléfono clandestino. Las pesquisas indican que Herzog tenía hilo directo con su amigo, el juez de la sala de lo Civil del Supremo Gilbert Azibert, ahora interrogado por la oficina anticorrupción.
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