miércoles, 4 de junio de 2014
Pemex se retira de Repsol por desacuerdos y asume las pérdidas
Adrián Arias | La Crónica.
Petróleos Mexicanos (Pemex) venderá la participación accionaria de 7.86 por ciento que actualmente posee en el capital social de la petrolera española Repsol, por un valor aproximado de 3 mil 300 millones de dólares, en medio de un entorno caracterizado por la deteriorada relación y los desacuerdos entre ambas compañías.
Las instituciones financieras Citigroup Global Markets y Deutsche Bank serán los intermediarios bursátiles que se encargarán de vender un total de 104 millones 057 mil 057 acciones de Repsol, representativas del 7.86 por ciento de su capital social y que están valuadas en 2 mil 200 millones de euros, lo que equivale a cerca de 3 mil 300 millones de dólares, de acuerdo con un comunicado de Citigroup. Actualmente, Pemex detenta el 9.30 por ciento de las acciones de la firma española.
La venta de las acciones se llevará a cabo mediante un procedimiento conocido como "colocación acelerada" o "accelerated bookbuild offer" y está previsto que la operación se realice en un día. Durante este periodo, la entidad colocadora desarrollará actividades de difusión y promoción para conocer el interés o las propuestas de adquisición de las acciones por parte de potenciales compradores, indicó Citigroup.
Con esta operación, Pemex alista su salida como accionista de Repsol y termina con un arduo enfrentamiento entre ambas partes. Actualmente, Pemex es el segundo accionista de Repsol, detrás de CaixaBank que posee el 11.83 por ciento, y por delante de Sacyr, cuya participación es de 9.23 por ciento, así como de Singapore Tesamek con 6.26 por ciento y del fondo de inversiones estadunidense Blackrock que detenta el 3 por ciento. Pemex compró en 2011 cada acción en 22.24 euros y se prevé que venderá en 19.84 euros menos el 3 por ciento de impuestos.
La historia de la relación entre Pemex y Repsol inició en 1992, cuando la petrolera mexicana obtuvo una participación en Repsol del 5 por ciento en el marco de un acuerdo estratégico firmado entre ambas compañías. En 2011, Pemex aumentó su participación en la empresa española para adquirir un 4.81 por ciento adicional de su capital social, lo cual generó un desacuerdo entre ambas partes por el control de la compañía ibérica.
En 2013, el gobierno de Argentina anunció la nacionalización de YPF, filial de Resol, en un contexto en donde varios accionistas de Repsol buscaron un acuerdo con el gobierno de ese país para pactar una salida al conflicto. Durante las negociaciones, el consejo de administración de Repsol rechazó una propuesta de compensación en la que Pemex actuó como intermediario en las negociaciones y que le hubiera dado acceso al yacimiento de Vaca Muerta. Por otro lado, el proceso de venta de las acciones de Pemex en Repsol, se aceleró tras el reciente nombramiento como consejero delegado de Repsol de Josu Jon Imaz, sin que este evento fuera comunicado previamente a Pemex, lo cual también generó descontento al interior de la paraestatal mexicana.
"Nunca se entendió el sentido de esta operación, se supone que se buscaba internacionalizar a Pemex a través de Repsol y fortalecer su posición en el ámbito internacional, pero se convirtió en un total desorden que terminó en el fracaso y en el incumplimiento de estos objetivos", opinó Miriam Grunstein, experta en energía por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE).
Claroscuros
El presidente Enrique Peña Nieto visitará España en gira de trabajo los próximos 9 y 10 de junio, en lo que será la primera visita de Estado a ese país de un mandatario en los últimos dos años.
Con este motivo, el español Jesús Garcia, secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica, ha referido que México es uno de los países "más cercanos" a España, con el que existe una "corriente de simpatía y confianza", confianza que, curiosamente, Repsol no tuvo con Pemex y que desató una agria discusión con Antonio Brufau Niubó (foto), presidente de la compañía, la que culminará con el rompimiento.
El motivo de ese desencuentro se dio tras la designación, sin consultar a Pemex, de Josu Jon Imaz como segundo ejecutivo de la compañía, cargo que no existía y que fue aprobado a finales de abril. Imaz fue presidente del Partido Nacionalista Vasco entre 2004 y 2007, ocupaba desde 2008 la presidencia de Petronor, filial de Repsol, y formaba parte de la Comisión Directiva del grupo petrolero como director general del área industrial y nuevas energías desde 2010.
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