miércoles, 17 de febrero de 2016
El Papa visitó cárcel de Ciudad Juárez y criticó la falta de reinserción
• Para Francisco, las cárceles “son un síntoma de cómo estamos como sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios y omisiones que han provocado una cultura de descarte”.
Por Mario Ruiz
CIUDAD JUAREZ, Méx.- a 17 febrero de 2016.- El papa Francisco visitó hoy en el último día de su visita a México la cárcel de Ciudad Juárez, el Cereso 3, y desde allí criticó la falta de un sistema de reinserción y animó a los presos a colaborar.
“Estoy concluyendo mi visita a México y no quería irme sin venir a saludarlos”, les dijo el papa Francisco, quien quiso celebrar con los presos “el Jubileo de la Misericordia”, el Año Santo que comenzó el pasado 8 de diciembre.
Francisco que visita una cárcel mexicana después del motín en la cárcel estatal de Topo Chico, en Monterrey, en la que murieron 49 presos, criticó en su discurso el ineficaz sistema carcelario y de rehabilitación.
“Ya tenemos varias décadas perdidas pensando y creyendo que todo se resuelve aislando, apartando, encarcelando, sacándonos los problemas de encima, creyendo que estas medidas solucionan verdaderamente los problemas”, lamentó Francisco en su discurso.
Ante los 700 presos elegidos entre los cerca 3.000 encarcelados en esta prisión que se encontraban en el patio de la cárcel, denunció que se haya olvidado que lo realmente importante es “la vida de las personas; sus vidas, las de sus familias, la de aquellos que también han sufrido a causa de este círculo de la violencia”.
Para Francisco, las cárceles “son un síntoma de cómo estamos como sociedad, son un síntoma en muchos casos de silencios y omisiones que han provocado una cultura de descarte”.
“Son un síntoma de una cultura que ha dejado de apostar por la vida; de una sociedad que ha ido abandonando a sus hijos”, agregó.
Francisco, que ya ha visitado varias cárceles en sus viajes y también en Roma, aseguró que la reinserción “no debe comenzar en estas paredes sino que comienza antes, comienza afuera, en las calles de la ciudad”.
Para ello, agregó el papa, “la reinserción o rehabilitación comienza creando un sistema que podríamos llamarlo de salud social, es decir, una sociedad que busque no enfermar contaminando las relaciones en el barrio, en las escuelas, en las plazas, en las calles, en los hogares, en todo el espectro social”.
También criticó cómo a veces parece “que las cárceles se proponen incapacitar a las personas a seguir cometiendo delitos más que promover los procesos de rehabilitación que permitan atender los problemas sociales, psicológicos y familiares que llevaron a una persona a determinada actitud”.
Según el pontífice, el problema de la seguridad “no se agota solamente encarcelando, sino que es un llamado a intervenir afrontando las causas estructurales y culturales de la inseguridad, que afectan a todo el entramado social”.
Para evitar que se creen estas situaciones, la reinserción social debe comenzar antes con medidas “como insertar a los hijos en las escuelas, y a sus familias en trabajos dignos, generando espacios públicos de esparcimiento y recreación, habilitando instancias de participación ciudadana, servicios sanitarios o acceso a los servicios básicos”.
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