lunes, 9 de junio de 2014
Las familias rescatadas en Benito Juárez estarían vinculadas al narcomenudeo
Héctor Cruz López | La Crónica.
El procurador capitalino, Rodolfo Ríos.
El Procurador capitalino, Rodolfo Ríos Garza, confirmó anoche que el secuestro de las once personas — tres hombres y tres mujeres adultos, y cinco menores de edad, cuatro de ellos recién nacidos—, en un domicilio de Xochimilco, y liberados más tarde en la delegación Benito Juárez, estarían relacionadas con el narcomenudeo.
“Esto aún no lo establecemos, pero pudieran estar vinculadas con ese delito, debido a que jefe de la banda de secuestradores y las víctimas provenían del estado de Tamaulipas. Incluso, uno de los plagiados cuenta con antecedentes penales de narcotráfico. Pero todavía sería prematuro establecer que los hechos están vinculados con problemas de drogas”, insistió.
Por lo pronto, aseguró, en las próximas horas se ejercerá acción penal contra Rómulo Padilla Morales, Giorgio Alberto Badillo Rodríguez, Héctor Solórzano Santos y José Alejandro Jiménez Rojas, acusados del secuestro de estas personas, “quienes integraban cuatro familias, sin relación entre ellas, pero coincidentemente todas tenían 20 días de haber llegado al DF, provenientes de Tamaulipas”, aseguró el procurador en conferencia.
Destacó que de acuerdo con las indagatorias, el jefe del grupo delictivo es Rómulo Padilla, militar retirado con el grado de Capitán, aunque las investigaciones continúan, ya que las víctimas aseguran que en el secuestro participaron por lo menos 10 sujetos, “y hasta ahora no se puede establecer si alguno pertenece o perteneció a alguna corporación policiaca”, comentó.
Explicó que los hechos ocurrieron la madrugada del pasado sábado, cuando las víctimas estaban en sus domicilios, ubicados en delegación Xochimilco, cuando de manera sorpresiva, alrededor de 10 sujetos allanaron los inmuebles, con uniformes de la Policía Federal y la extinta Agencia Federal de investigación.
De inmediato, las familias fueron atadas con cinta canela. A los varones los subieron a una camioneta Chevrolet, color verde, propiedad de las víctimas, mientras que a las mujeres y menores les obligaron abordar una camioneta tipo Journey, propiedad de los inculpados, para luego trasladarlos al número 123 de Hilario Pérez de León, colonia Américas Unidas, donde eran esperados por Héctor Solórzano, portero del inmueble.
El jefe del grupo ordenó a José Alejandro llevar a las víctimas al hotel de Calzada de Tlalpan. Pero al no encontrar habitaciones, regresó a la casa y mientras esperaba que le abrieran fue como los sorprendieron los elementos de la SSP-DF.
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