miércoles, 24 de junio de 2015
La nación más joven del planeta "ha dejado de existir"
RT Casi la mitad de la población del país más joven del planeta, Sudán del Sur, corre el riesgo de morir de hambre. Más de 1,5 millones de habitantes han huido de sus hogares, escapando de la violencia y la guerra que casi a diario provoca atrocidades, de las que no se salvan ni los niños.
"Tenía la esperanza de que la paz durara para siempre", comentó Dak Ongin, un sursudanés de 54 años al diario 'The New York Times', al recordar el día que en 2005 se firmó la paz en Sudán tras una larga guerra civil, y cuando seis años más tarde su actual país, Sudán del Sur, declaró la independencia convirtiéndose en la nación más joven del mundo.
"Ya no hay país", lamenta otro sursudanés. Han pasado menos de dos años desde que estalló la guerra civil de Sudán del Sur, que la ha sumido en el caos y que ha desgarrado a esta joven nación debido a una lucha por el poder entre los líderes de los principales grupos étnicos. Un conflicto que ha dejado graves crímenes de lesa humanidad, donde incluso los menores no son inmunes a la violencia.
"La violencia contra los niños es indescriptible. Los sobrevivientes informan que los menores han sido castrados y los han dejado morir desangrados. Niñas de apenas 8 años de edad han sido víctimas de violaciones en grupo y asesinadas. Han atado de manos a los niños para después degollarlos mientras que otros han sido arrojados a edificios en llamas", según un reciente comunicado de la Unicef.
Además, observadores internaciones advierten que la crisis humanitaria empeora día a día en ese país africano, donde su economía está prácticamente por el suelo y los precios de los alimentos y otros productos básicos se han disparado. Mientras que los sobrepoblados campamentos de refugiados corren el riesgo de quedarse sin abastecimientos en poco más de un mes debido a los combates.
En el 2011, cuando Sudán del Sur votó por separarse de Sudán, los líderes de los dos grupos étnicos más grandes de la nueva nación, los dinka y los nuer, se unieron para formar un gobierno. Pero en el 2013, el presidente Salva Kiir, un dinka, acusó a su exvicepresidente, Riek Machar, un nuer, de intentar un golpe de Estado. Ambos tenían una vieja rivalidad y su disputa política personal desencadenó en un sangriento conflicto militar.
Según informes de Naciones Unidas, ambos bandos han cometido graves violaciones de los derechos humanos y es casi imposible, por el momento, determinar la cifra exacta de víctimas que ha dejado esta guerra. Aunque algunas organizaciones internacionales aseguran que son decenas de miles de personas las que han muerto desde el 2013, cuando estalló el conflicto.
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