jueves, 17 de abril de 2014

EL ADIÓS DE UN "ESCRIBIDOR" Y UNA LEYENDA

Se fue una de las figuras más importantes de la literatura universal del siglo XX.
El autor, conocido mundialmente como fundador del estilo literario denominado ‘realismo mágico’, se inmortalizó con las novelas ‘Cien años de soledad’, ‘El coronel no tiene quien le escriba’, ‘El otoño del patriarca’, ‘El amor en los tiempos del cólera’ y ‘Crónica de una muerte anunciada’, entre otras. Hizo también una gran aportación al periodismo contemporáneo participando en la fundación en Cuba de la agencia de noticias Prensa Latina. Este hecho en su biografía se debe a un interés especial por los movimientos de izquierda y una simpatía que en todo momento fue mutua. A esta misma preferencia se debe la amistad que entabló con los líderes de la revolución cubana Fidel Castro y Ernesto ‘Che’ Guevara. Años después, en 1994, figuró entre los creadores de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), que declaró como objetivo ayudar a periodistas jóvenes a aprender la profesión y buscar nuevas formas de practicarla. Desde entonces, una beca de la misma fundación, bautizada en su nombre, estimula los éxitos de los jóvenes en el periodismo cultural. Su primer cuento, ‘La tercera resignación’, fue publicado en 1947 en ‘El Espectador’, un periódico liberal de Bogotá. El éxito le garantizó a partir del año siguiente el trabajo periodístico en el mismo rotativo, donde asimismo fueron publicados dentro de un lustro catorce cuentos de su autoría. Trabajó también como reportero y columnista en ‘El Universal’ y ‘El Heraldo’. Aunque era una faceta desconocida, en su étapa académica y posterior también abordó la poesía, algo que recordaron en Moscú con el marco del proyecto ‘Poesía en el Metro’ de la capital rusa hace 2 años. La realidad política y social en Colombia inspiraba en mucho la obra de García Márquez, pero vivió la mayor parte de su edad madura fuera del país natal: en La Habana, Nueva York, París, Barcelona y México D.F. Tras una estadía de varios meses en Estados Unidos en 1960, las autoridades de ese país le denegaron el visado a García Márquez durante décadas, hasta la Presidencia de Bill Clinton, acusándole de estar afiliado al partido comunista. Hubo una excepción en 1971, cuando la Universidad de Columbia le otorgó el título de doctor honoris causa y un visado ‘condicionado’ le permitió la entrada. Entre 1961 y 1967 y a partir de 1981 residió en México, donde no evitó ser espiado por los servicios de seguridad nacionales en el marco de la denominada “guerra sucia” como presunto “agente de la propaganda” cubana. En la segunda ocasión tuvo que trasladarse hacia la capital mexicana y solicitar asilo a las autoridades de este país a causa de una persecución penal a la que fue sometido en Colombia. Le acusaron de haber financiado un grupo de la guerrilla y la posibilidad de un arresto se hizo muy factible. En México D.F. le encontró en octubre de 1982 la noticia más esperada por un escritor: la Academia Real Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura. La ceremonia de entrega del Nobel se celebró en Estocolmo el 8 de diciembre de ese mismo año. En el discurso titulado ‘La soledad de América Latina’ buscó romper ante el pleno de la Academia los moldes o frases gastadas con que se ha referido tradicionalmente en Europa al mundo iberoamericano y denunció la falta de atención a la región por parte de las superpotencias. Después del Nobel, el novelista regresó por un tiempo a Colombia y formó parte de una comisión encargada de diseñar una estrategia nacional para la ciencia, la investigación y la cultura. Al mismo tiempo no dejó de apoyar la revolución cubana y las ideas del socialismo como una opción para el futuro del continente. En 2002, Gabriel García Márquez publicó un libro de memorias: ‘Vivir para contarla’, el primero de los tres volúmenes que había anunciado. Su obra recibía múltiples expresiones de elogio desde los años 1960. Entre ellas destaca el comentario del gran poeta chileno Pablo Neruda sobre la novela ‘Cien Años de soledad’, a la que calificó como “la mejor novela que se ha escrito en castellano después del Quijote”. Son hechos convincentes también los índices numéricos como este: los libros de García Márquez son los más vendidos de los que se hayan publicado en la lengua española en toda la historia, exceptuando la Biblia. A la edad de 78 años el pasado 10 de marzo falleció en Bogotá uno de los hermanos menores de ‘Gabo’, Gustavo García Márquez. Ese mismo mes el propio gran escritor latinoamericano celebraba su 87º aniversario.

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