sábado, 27 de diciembre de 2014

Reza Hipólito el último rosario a su hijo

Quadratín .
Foto: Quadratín.
Ya huele a birria, la gente se comienza a arrejuntar y la rezandera toma su lugar, las ollas de aguas frescas repartidas en vasos circulan para mitigar el calor que pica. Ya son pocas armas, los ministeriales resguardan, los militares vigilan, la calle está copada, nada ni nadie entra o sale. Ya todos de pie para comenzar el noveno y último en memoria de Manolo Mora, con su padre presente, don Hipólito, quien le pidió el favor al procurador Martín Godoy, éste aceptó. Tras las letanías, las plegarias, los ex autodefensas, ya sin playeras, pero con la misma convicción de hacer lo correcto, con el ejemplo y encabezados por su líder don Hipólito. Más gente llega, le dicen a don Hipólito que no se entregue, que no los deje desprotegidos, él les contesta que el Ejército cuidará de pueblo hasta que él y su gente vuelvan, están confiados al afirmar que ellos hicieron lo correcto. Quienes no rezan, observan calladamente, las mujeres de la casa entran y salen ultimando detalles, son 300 comensales. Se respira dolor, resignación e incertidumbre de qué pasara con el pueblo cuando los 31 hombres que lo defienden con su vida se vayan presos.

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