jueves, 24 de agosto de 2023

San Bartolomé Apóstol reencuentra en los Naucalpenses un testimonio de fe y esperanza suspendido en el tiempo

•La Fiesta Patronal aún se niega a morir ante la modernidad y el crecimiento de otros grupos religiosos.
•Sin embargo, hay un gran testimonio de amor al terruño, a su centro religioso o parroquia, en donde generaciones pudieron encontrarse en esta simbólica Festividad

Por Mario Ruiz Hernández

Naucalpan, Méx., agosto del 2023.- Hoy nuevamente y como cada año, la comunidad de Naucalpan centro-vive su Tradicional Fiesta Patronal-en honor a San Bartolomé Apóstol.

Una Fiesta que, dicho sea de paso, se ha negado a morir y pasar a una celebración exclusivamente religiosa sin aquella gran convocatoria social.

Sin embargo, no hay nada todavía perdido en el San Bartolo de hoy, su transformación y adopción de diversas expresiones y nominaciones religiosas, pero ahí continúa está Fiesta.

El término “patronal” se relaciona con que desde tiempos de la colonia había un patronazgo, es decir, alguien que patrocinaba la festividad o la construcción de la iglesia.

“Por ejemplo, si la iglesia era construida por los religiosos agustinos va a tener pintados elementos de esa orden, pero si la construcción la patrocinó algún hacendado rico y él tiene fe hacia un santo específico, la iglesia llevará el nombre de ese santo, al que se le tiene fe para proteger a la comunidad, convirtiéndose en su advocación”.

En San Bartolo, en el Naucalpan centro, de décadas atrás se vivieron grandes momentos en cada Fiesta del 24 de agosto, y de todo ellas la extraordinaria convivencia social entre vecinos.

El corazón del municipio, y en el que de todos los pueblos originarios acudían a dar gracias al Santo Patrón, San Bartolomé Apóstol, y más los nativos asentados en su amplio territorio parroquial.

De algún modo, de una manera u otra, la Fiesta Patronal está llena de religiosidad, alegría, y todavía prevalece un sentimiento de pertenencia, arraigo e identidad.

Los que vivimos en San Bartolo, aquel de las grandes vecindades, en 5 de Mayo, 2 de abril, 1° de Mayo, en la calle 20 de Noviembre, Hidalgo, Primavera o el Barrio de San José, nos conocíamos.

En este lugar, sabíamos quiénes éramos y de dónde veníamos, en este espacio compartimos numerosas epopeyas desde la infancia, en la escuela, en el deportivo del IMSS o en la doctrina.

La referencia de todo Naucalpense llegar al centro la impresionante lonja mercantil del Puerto de Veracruz, de “Don Manuel y Francisco Cano Razo”, “La mil hierbas, de los Loza,” y las pulquerías de “Don Nacho Gil, Zenaido Navarro, y El Encanto de Don José Agustín Vega” o la cantina aquí es Jalisco” del Dr. Maurilio.

Los abarrotes y Cantina de la Casa Cano, de Chucho y Ángel, Los Chimalpa, la papelería “la Primavera de Don Juan Cano”, y una serie de negocios de todo tipo desde el restaurante “El Tepeyac” de Gervasio Calderón, hasta las Taquerías de “Don Pepe, Doña Mary-La viuda, o Mi Taquito”, o los clásicos Caldos de Gallina.

La ostionería de “Los Falcón, la panadería de “Don Porfirio Ulloa, los pescados fritos, en el galerón de Chamizal de “Don Blas Novales”, “la Casa Cadena de Jorge y la carnicería de “Doña Paz Vázquez y los Colín, los incipientes obradores de “Don Romero y Federico Colín”.

Los tiempos del Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI), y los desayunos escolares en lo que hoy es el DIF central de Avenida Universidad.

Los doctores del barrio, del pueblo de San Bartolo reconocidos en todo momento en esos ayeres, el Dr. Camacho; Reyes Orozco en el Hospital Santa Rosa, Benjamín Ramírez y el Dr. Lino Guzmán López.

Añadir la generación del 62 al 67 de infantes de San Bartolo nacidos en el Hospital Gabriel Mancera del IMSS, por la falta de hospitales públicos y la incipiente Clínica 61.

Asimismo, de la Fiesta Patronal de esos ayeres, de la gran franja de juegos mecánicos sobre toda la calle 5 de Mayo, hasta el acceso al atrio, sobre Vicente Guerrero y José Becerril.

Cuánta añoranza de esos días, de encontrarnos cada año en el centro del atrio unos y otros de los amigos y vecinos del legendario San Bartolo para la Fiesta Patronal a San Bartolomé Apóstol.

Las mujeres y hombres de la Iglesia, los benefactores, la grandiosa Tercera Orden Franciscana, la Adoración Nocturna y la catequesis de “Quinita Gutiérrez o las Mayen” entre numerosas vecinas en este proceso en el que muchos hicimos la Primera Comunión en la Fiesta Patronal, unos más en Confirmación y los más pequeños en el Bautizo.

Compartimos de años que: “El Diablo anda Suelto, el no corras porque te caes, en el Día de San Bartolo”, nos decían nuestros grandes o mayores.

“Nuestra parroquia del conjunto de muchas que se construyeron en entre los años 1535 a 1540, y concluida en 1575 en su primera etapa. El 25 de marzo de 1629 inició la edificación de su cúpula.

La Parroquia de San Bartolomé Apóstol conserva la visión Francisca en su cimentación, la cual fundó el Convento de San Gabriel en Tlacopan (Tacuba), y posteriormente Sanctorum, en la colonia Argentina, y fue el lugar donde partieron para Evangelizar a los pueblos originarios de Naucalpan.

San Bartolo formó parte del Ejido de San Bartolomé, era un lugar como hasta hoy de paso a la CDMX, era un Calpli (Calpulli), fue además visitaduría de los Franciscanos del Convento de San Gabriel.

En Naucalpan centro-San Bartolo-concebimos una identidad, un sentido de unión vecinal, y cuántos de aquellos que nos dejaron un legado; de entre tantos, y quizá bueno o malo, pero al fin legado.

Los grupos de ese Naucalpan, a “Don Primitivo Rida Ortiz, ex Síndico, ex regidor y comisariato ejidal San Antonio Zomeyucan, Don Maximiliano González Pliego, José Mayen, y Manuel López Vidrio”.

“Don Lauro Gutiérrez, Los Arzate, Don Luis Mayen, Armando Becerril Estrada, Juan Mayen, comisariado ejidal Santa María Nativitas, Don Juan Argueta, Don Federico Déciga, Luis Albarrán y Guadalupe Navarro Montes de Oca, Ángel Navarro Mercado, Salvador Navarro, Jorge González, Joel González Cedillo, Paz Vázquez Rodríguez, Aida Mireles Rangel y Mario Requena Luna, quienes fueron jueces cívicos por elección popular.

No obstante, el listado es mayor todavía, qué poder comunicar de la Familia Charra, toda una historia y tradición en el Naucalpan de todos los tiempos, “Don Andrés, José y Armando Becerril”, Artemio, Audomaro, Moisés, "El Popo Gutiérrez", Arturo Vázquez, y tanto hombre de a caballo; los Fuentes y Díaz, o Juan Carlos Carranco Díaz

El regreso a aquellos momentos, los vecinos de todas partes del primer cuadro del municipio, en la Fiesta Patronal de cada año, teniendo a “Dios” como único norte, hacer vivo el Evangelio en “El Lugar de las Cuatro Casas”.

El recuperar la devoción y la fe y construir una Iglesia atenta y misionera que salga al encuentro de quienes aún no hemos podido llegar a ella.

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