lunes, 27 de abril de 2015
Artritis reumatoide, enfermedad discapacitante que se llega a ocultar
LA CRÓNICA Abrocharse los botones de la camisa o atarse los cordones de los zapatos son cosas simples y cotidianas para la mayoría de las personas, pero no para los pacientes con artritis reumatoide, ya que afecta las articulaciones.
Con presencia en alrededor de uno por ciento de la población mundial, por lo regular en edades productivas y más frecuente en mujeres, el Coordinador de la Unidad de Reumatología de la Universidad del Norte, Colombia, Carlo Caballero, llama la atención sobre esta enfermedad.
Otro aspecto de este padecimiento es “vivir con dolor, yo no sé como uno puede transmitir esa sensación, te levantas con dolor, te duermes con dolor y las horas que logras dormir es el único momento del día que olvidas que hay dolor en tu vida”, expresó la paciente Cecilia Rodríguez.
Al participar en el Primer Curso de Revisión en Reumatología, la especialista Loreto Massardo, subrayó: “Queremos transmitir a la población la importancia de consultar” al médico en caso de presentar dolor en las manos o la dificulta para realizar tareas cotidianas.
En el evento convocado por la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología (PANLAR), dijo a Notimex que “desde que comienzan los síntomas, que tenga una inflamación en un articulación pequeña de las manos, o que no pueda doblarla en la mañana y que eso dure una hora, debería consultar al médico inmediatamente”.
Como enfermedad autoinmune crónica, se puede controlar más no curar, tiene origen multifactorial a partir de una compleja interacción entre factores genéticos y ambientales, explicó el investigador principal del Centro de Investigación Clínica de Morelia, México, Mario H. Cardiel.
Si bien los factores genéticos no se pueden modificar, son “una semilla, para que esa semilla se desarrolle requiere de factores ambientales”, de manera destacada el tabaquismo y se ha encontrado relación con el sobrepeso y obesidad, añadió el especialista.
Los factores hormonales están dados por los estrógenos, que son mucho más importantes en las mujeres en edad reproductiva que es cuando existe el pico de esta enfermedad y en cerca de 20 por ciento de las personas empieza después del parto, cesárea o aborto, abundó.
Por estos motivos los pacientes, “muchos no quieren decir su enfermedad; ir a una reunión y decir: tengo el colesterol alto, sufro de diabetes, voy con el cardiólogo, voy con el endocrinólogo, es elegante, pero: ¿voy con el reumatólogo, tengo una artritis?” destacó Carlo Caballero.
A esto se suma lo que el presidente de PANLAR, Carlos Pineda, señaló como ejemplo: "una paciente joven, que es proveedora del hogar, tiene rigidez y dolor en sus articulaciones y no puede desarrollar su papel como profesionista, adicionalmente tiene dificultades en casa”.
Para la paciente Cecilia Rodríguez, esta fue una realidad, “tuve una crisis muy agresiva, al poco tiempo del diagnóstico estaba bajo licencia en el hogar sin poder caminar, sin poderme vestirme sola, sin poder ducharme sola, pierdes toda tu independencia”.
El panorama de esta enfermedad en América Latina debe hacer frente a otra adversidad, el escaso número de reumatólogos para atender toda la cantidad de pacientes que existen.
“Es difícil que los pacientes puedan ser vistos por un reumatólogo y la oportunidad se prolonga de seis a ocho meses para llegar a ese especialista y eso cuando se tiene suerte”, indicó Carlo Caballero.
Y agregó que “estos pacientes necesitan una atención integral y tenemos que articular todos los sistemas para poder atenderlos adecuadamente”, con los medicamentos que existe y funcionan, “pero funcionan más si llegas tempranamente”.
En este sentido la doctora Loreto Massardo apuntó que un diagnóstico oportuno desde que comienzan los síntomas, “yo llamo oportuno un mes, otros países dicen mes y medio; y el tratamiento empieza el día que el doctor hace el diagnóstico”.
Cabe señalar que durante el encuentro diversos especialistas presentaron la iniciativa “Fit For Work”, coalición multidisciplinaria que busca impulsar políticas y prácticas de cambio en el entorno laboral y de salud, al examinar el impacto de trastornos musculo-esqueléticos en los trabajadores.
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