México no está en guerra con otra nación ni padece la amenaza de potencia alguna, pero tiene que adquirir misiles, torpedos, pertrechos y capacitación estadounidenses, por 98.400.000 de dólares, como si tuviera que iniciar una ofensiva a gran escala.
Los expertos en seguridad nacional y Fuerzas Armadas advierten que la compra es resultado de una integración subordinada de los militares mexicanos al Comando Norte de EE.UU. (USNORTHCOM, por su acrónimo en inglés).
Según Guillermo Garduño Valero, a lo largo de los 6 años de gobierno de Enrique Peña Nieto, el país ha gastado más de 3.500 millones de dólares en equipo bélico para sus tres Fuerzas Armadas: el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, y el principal vendedor fue EE.UU.
El experto en Fuerzas Armadas observa que "el problema" de la seguridad nacional de México es que "las premisas están marcadas desde el exterior", pues dice que aunque parezca sorprendente, a quienes gobiernan el país y a los propios cuerpos castrenses se les debe aclarar que "nuestro interés nacional no es el mismo de EE.UU."; es la primera regla que se tiene que contemplar.
La noticia de la compra fue destapada a principios de año en EE.UU. por la Agencia de Cooperación de Seguridad, del Departamento de Defensa. Mediante un documento que da cuenta de la "autorización" del Departamento de Estado para realizar una "venta militar extranjera", se informa del armamento que adquirirá México.
Se trata de seis lanzamisiles terrestres Harpoon Block II RGM-84L; 23 misiles tácticos tipo Rolling Airframe Block II, y seis torpedos ligeros MK 54 Mod 0. El lote se complementa con una serie de pertrechos, entre los que se incluyen ocho contenedores de envío y almacenamiento con cartuchos de memoria RAM modificados; dos lanzadores de triple tubo MK; 32 tubos para torpedo de vasija; 250 municiones tipo AA98; 750 de práctica tipo A976; y 480 cartuchos de munición de espoleta. Además, se garantiza la asistencia técnica de representantes del gobierno estadounidense y de empresas fabricantes.
El documento del Departamento de Defensa señala que esta venta "respaldará la política exterior y la seguridad nacional de EE.UU. al ayudar a mejorar la seguridad de un socio estratégico".
Por lo que Garduño Valero, agregó que es un negocio redondo para los estadounidenses, ya que ellos venden equipo bélico que terminará protegiéndolos y consigue que las Fuerzas Armadas de otro país dependan de su tecnología militar. Además, la calidad y el precio del armamento comprado al país del norte, son cuestionables.
Martín Gabriel Barrón Cruz, especialista en seguridad, señala que la compra de ese armamento demuestra el cambio de doctrina entre las Fuerzas Armadas Mexicanas.
El doctor en humanidades por la Universidad Autónoma Metropolitana, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales y catedrático en el Centro de Estudios del Ejército y Fuerza Aérea de la Secretaría de la Defensa Nacional señala que la actual doctrina no respaldaría tales adquisiciones, porque México tiene un Ejército de paz y no necesita de ese tipo de armamento. A menos que la colaboración con EE.UU. ya haya modificado eso.
También destaca que, de las tres Fuerzas Armadas Mexicanas, la que cuenta con el mayor beneplácito de EE.UU. es la Armada, de la Secretaría de Marina: "La adquisición de estos equipos bélicos es también muestra de la confianza de los estadounidenses hacia la Armada de México. Hay mayor trabajo coordinado de ese país con la Marina".
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