• Es importante estar alerta de síntomas como hinchazón de
piernas, tobillos o párpados, cansancio, debilidad, insomnio y calambres.
• Recomiendan evitar la automedicación, ya que puede alterar
o enmascarar los cuadros sintomáticos que provocan una detección tardía o
incluso complicaciones severas.
Toluca, Estado de México, marzo de 2023. Las enfermedades
renales se encuentran entre las primeras 10 causas de muerte en la población
adulta a nivel mundial. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud
(OMS) el índice de mortalidad de este padecimiento ha incrementado
significativamente.
Tan sólo por contextualizar, en el año 2000 se documentó un
registro de 813 mil personas y en 2019 esta cifra aumentó a 1.3 millones,
deterioro que incide mayoritariamente en las mujeres, por estar más expuestas a
sufrir de enfermedades autoinmunes que afectan el funcionamiento renal.
Por este motivo, Marisol Rico Rojas, especialista en medicina
interna del ISSEMyM, señaló la importancia del cuidado y prevención renal a
través de controles generales de presión arterial y glucosa.
Igualmente, estar alerta de síntomas como hinchazón de
piernas, tobillos o párpados, regularmente por las mañanas, cansancio,
debilidad, insomnio y calambres.
Por la anatomía de la mujer, frecuentemente se tiende a
sufrir infecciones en vías urinarias, mejor conocidas como cistitis; esto puede
ser un detonante para una inflamación de vejiga que conlleve a un problema de
salud crónico, provocando alteración en vías urinarias altas a nivel renal y de
uréter, además de la predisposición por antecedentes familiares de cálculos
renales.
Es importante mencionar que, derivado de la pandemia, el
alto consumo de medicamentos preventivos o de tratamientos sin una prescripción
médica, provocó un incremento de enfermedades renales, además de que la
infección por Covid-19 ocasionó algunas lesiones en los riñones, las cuales se
siguen estudiando y se espera sean reversibles, informó la especialista.
Rico Rojas recomendó a las derechohabientes y población en
general preferir la ingesta de agua natural, moderar el consumo de bebidas
saborizadas y edulcoradas, estar alerta de los signos antes descritos, los
cuales deberán ser atendidos por los profesionales de la salud en la unidad
médico familiar que le corresponda y evitar la automedicación, ya que esta
puede alterar o enmascarar los cuadros sintomáticos que provocan una detección
tardía o incluso complicaciones severas.
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