• Agradecen respaldo de la Secretaría de Cultura y Turismo,
en su expedición.
• Pretenden alcanzar, una vez más, esta montaña ubicada en
Nepal.
Zinacantepec, Estado de México, agosto de 2023. Con la
tranquilidad de haber dado su mayor esfuerzo, “Una pareja en ascenso”,
integrada por Badia Bonilla y Mauricio López, compartieron su travesía en lo
que fue su tercer intento por alcanzar la cima de Dhaulagiri, en Nepal.
Los montañistas mexiquenses se reunieron con la directora general
de Cultura Física y Deporte del Estado de México, Victoria Montero Enríquez,
para platicarle los pormenores de su expedición, al tiempo de agradecerle el
respaldo que les otorgó la Secretaría de Cultura y Turismo.
La pareja explicó que Dhaulagiri ocupa la séptima posición
dentro del grupo de las 14 cimas más altas del mundo, por sus 8 mil 167 metros,
en la cordillera del Himalaya, y que representó su expedición número 22, en la
que buscaban su décima cumbre en su proyecto deportivo “Actitud 14X800”.
Los montañistas detallaron que, a pesar de su esfuerzo, el
objetivo de obtener la cima no se alcanzó, a pesar de que lo intentaron en dos
ocasiones.
“Sólo alcanzamos 7 mil 600 de los 8 mil 167 metros que tiene
la “montaña blanca”. Varios factores influyeron para que no consiguiéramos
nuestro objetivo, una mala decisión y circunstancias que no pudimos controlar,
como un reporte de clima equivocado, robo de comida y una permanencia muy
prolongada a más de 6 mil metros, que físicamente nos desgastaron”, explicó
Badia.
En su primer intento recibieron un pronóstico de tiempo
favorable para su ascenso y, aunque en un principio se dieron las condiciones,
cambiaron drásticamente con un viento del oeste que empezó a soplar con fuerza,
levantando la nieve de la montaña con ráfagas de hasta 70 km/hora, haciendo que
la visibilidad y la comunicación verbal se redujeran a menos de cinco metros,
detalló Mauricio.
Aunque decidieron continuar en su intento, media hora
después, ante las circunstancias adversas, optaron por retornar, lo que
significó “una experiencia aterradora descender de noche en la zona de
avalanchas entre el C1 y el CB. La luna no se hizo presente, no había manera de
ver sin el apoyo de nuestras lámparas frontales. Simplemente, era esperar que
no nos cayera una avalancha encima”, declaró la montañista.
Luego de retomar fuerza, decidieron hacer un intento más,
pero no era fácil su situación y aunque ganaron altura, la velocidad del viento
y el frío aumentaban de manera considerable.
“Llegamos a una pared de roca que nos obstruía el camino,
era el punto para dar vuelta hacia la travesía. A esta altura, 7 mil 600
metros, el viento era insoportable porque causaba dolor y enfriamiento en las
manos y la cara. Había ráfagas de hasta de 70 km/hora, y nuevamente la luna
estaba ausente”, declararon los deportistas, que desistieron de continuar.
Luego de esta situación, Badia y Mauricio agradecieron el hecho
de retornar con vida de esta experiencia, con la motivación de tener una
oportunidad ya que, puntualizaron, “mientras la montaña no se mueva nosotros
habremos de regresar, hasta conseguir esa cumbre”.
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