Trece entidades no establecen sanciones específicas para
este tipo de violencia y en algunos casos se contemplan pocos años de prisión
para los agresores
ONU Mujeres ha llamado a regular la venta de ácidos y
establecer servicios médicos, jurídicos y de rehabilitación para las víctimas
En los últimos años, la violencia de género con ácido u
otras sustancias corrosivas ha generado mayor visibilidad debido a los casos
que se han salido a luz pública, causando gran indignación en diversos sectores
de la sociedad mexicana, destaca un estudio de la Dirección General de Análisis
Legislativo del Instituto Belisario Domínguez.
La investigación titulada “Violencia de género con
ácido: Una de las manifestaciones más crueles del machismo en México”,
elaborada por la Investigadora Irma Kánter Coronel, señala que durante los
últimos años, se han aprobado diversas reformas para reconocer y tipificar a la
violencia ácida, sin embargo, en muchas entidades aún se considera como
lesiones simples que se castiga con muy pocos años de prisión.
El estudio refiere que actualmente 13 Estados del país
(Campeche, Chiapas, Coahuila, Durango, Guanajuato, Michoacán, Morelos, Nuevo
León, Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas) no se encuentra
tipificado el delito de agresiones inferidas con ácidos u otras sustancias
químicas o corrosivas, lo que lo que impide el acceso de las mujeres sobrevivientes
a la justicia, que los agresores sean sancionados y la reparación del daño
ocasionado.
Agrega que en siete entidades (Aguascalientes, Hidalgo,
Estado de México, Nayarit, Sinaloa, Querétaro y Quintana Roo) se considera como
“delito neutro”, es decir sin tomar en cuenta que se trata de un tipo de
violencia de género.
En Chihuahua y Colima las agresiones con ácido u otras
sustancias químicas o corrosivas se tipifican como lesiones calificadas,
mientras que Jalisco tipifica como delito autónomo las lesiones con ácido,
sustancias químicas corrosivas o cáusticas.
En los Estados de Baja California Sur, Guerrero, San Luis
Potosí, Tlaxcala y Yucatán, las agresiones con ácido, sustancias químicas o
corrosivas se consideran como agravante del delito autónomo de “lesiones
cometidas contra una mujer en razón de su género”.
Asimismo, destaca que cuatro entidades (Oaxaca, Puebla, Baja
California y Ciudad de México) han tipificado las agresiones con ácido u otra
sustancia química o corrosiva como delito autónomo, bajo la figura de
“violencia ácida”, con el impulso de la llamada Ley Malena.
La investigación del IBD destaca que el primer caso de
ataques con ácido del que se tiene noticia en nuestro país ocurrió el 9 de
noviembre de 1988 la Ciudad de México.
Resalta que, a la fecha, el número de mujeres y niñas que
han sido agredidas con ácido u otras sustancias químicas o corrosivas se
desconoce puesto que no hay registros y cifras oficiales lo que limita el
conocimiento de su naturaleza, magnitud, gravedad y frecuencia que tiene la
violencia con ácido en la sociedad mexicana.
El estudio completo del Instituto se puede consultar en la siguiente dirección: http://bibliodigitalibd.senado.gob.mx/handle/123456789/6182
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