jueves, 27 de noviembre de 2014
Buscan en Guerrero a 200 desaparecidos más
SDPNOTICIAS.
Buscan en Guerrero a 200 desaparecidos más Foto: José I. Hernández/Cuartoscuro
Cargados de ira y dolor, pero con un asomo de esperanza, familiares de 200 personas desaparecidas durante los últimos dos años en Guerrero se han organizado y recorren la entidad en busca de sus seres queridos.
El silencio de las autoridades los ha acompañado durante años. La lucha de familias como la de Mayra Vergara —quien desde hace dos años y medio busca a su hermano Tomás, secuestrado y desaparecido el 5 de julio de 2012 en Huitzuco, al norte de Guerrero— tomó fuerza y salió a la luz con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Cargados de ira y dolor, pero con un asomo de esperanza, familiares de 200 personas desaparecidas durante los últimos dos años en Guerrero se han organizado y recorren la entidad en busca de sus seres queridos. Dicen estar dispuestos a "excavar en todo el estado" para localizar a sus parientes.
De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, en la zona norte se ha encontrado el mayor número de fosas clandestinas en Guerrero. Tan sólo este año se han hallado más de 50 partes de cuerpos enterrados en estado de putrefacción, ropas con sangre, cabellos y huesos.
Al igual que Mayra, Modesto Villalba Marcial vino a la iglesia de San Gerardo Mayela, templo de Iguala prestado para que familiares de desaparecidos se realizaran las pruebas de ADN. No sabe qué fue de su hijo, un muchacho fuerte, con las pestañas y los ojos grandes. Sólo sabe que se salió a trabajar en una combi y desde esa fecha tiene a su familia sumida en la más profunda tristeza.
El dolor de esas familias toca también a Leonor Tapia y Antonio Tapia, maestros jubilados, quienes vinieron desde Chiautla, Puebla, lugar que colinda con Morelos, Estado de México y Guerrero, lugares controlados por el crimen. Su hijo Marco iba con otros colegas sobre la carretera a Huehuetlán, donde trabajaba, cuando cinco sujetos armados lo bajaron de su vehículo y lo secuestraron; les pidieron 3 millones de pesos, que no consiguieron; desde entonces lo añoran.
El GPS del teléfono de Marco los ubicó hasta Iguala, por lo que los Tapia Tapia vinieron a Iguala para realizarse las pruebas de ADN y para que la PGR también comience a buscar a Marco en las fosas clandestinas o en la fosa común, donde se queman cientos de cadáveres sin identificar.
“Cada que veo reportajes de los 43 desaparecidos me pongo a llorar, porque ese dolor inmenso, sólo uno lo conoce”, dice Leonor. Los maestros no tienen muchas esperanzas de que Marco esté con vida, pues el 14 de marzo de 2013 se cumplen dos años de no saber de él.
Con mucho miedo, con poco dinero y con la esperanza de saber dónde está, caminan junto a las otras familias que quieren ver aunque sea “un hueso” de sus parientes.
Mayra encaró el martes a Joaquín Torres, director de la Subprocuraduría de Derechos Humanos, Prevención del Delito y Servicios a la Comunidad, de la PGR, y le pidió que se dejaran de burlas.
El funcionario acudió con un equipo de agentes para buscar en las fosas clandestinas que encontraron los familiares e integró una averiguación previa.
Con información de El Universal
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