viernes, 12 de febrero de 2016

Alerta medioambiental: El agujero de la capa de ozono sobre el Ártico alcanzará un tamaño récord

RT La concentración de emisiones de humo y demás elementos contaminantes en la atmósfera, sumada al duro invierno, ha generado un enorme agujero en la capa de ozono terrestre sobre el Ártico. Los climatólogos temen que para la próxima primavera la radiación solar agrave el estado de la capa en la región, informa la revista 'Science'.
Desde que entró en vigor en 1989 el protocolo de Montreal para la protección de la capa de ozono, se han ido reduciendo las emisiones de humo compuesto de brumo y de cloro. Sin embargo, la presencia de estos compuestos químicos desaparece lentamente de la atmósfera, aunque no lo suficientemente rápido como para que su efecto deje de actuar, por lo que tras cada invierno el agujero sobre la Antártida se va expandiendo más y más. Este fenómeno no amenazaba antes a la región ártica, pero este último invierno 2015-2016 ha sido tan frío que ha propiciado la concentración de ácidos nítricos, principalmente de origen natural, y la formación de nubes de vivos y brillantes colores en latitudes septentrionales; nubes que pueden catalizar reacciones químicas compuestas por cloro. La concentración de emisiones de humo y demás elementos contaminantes en la atmósfera, sumada al duro invierno, ha generado un enorme agujero en la capa de ozono terrestre sobre el Ártico. Los climatólogos temen que para la próxima primavera la radiación solar agrave el estado de la capa en la región, informa la revista 'Science'. Desde que entró en vigor en 1989 el protocolo de Montreal para la protección de la capa de ozono, se han ido reduciendo las emisiones de humo compuesto de brumo y de cloro. Sin embargo, la presencia de estos compuestos químicos desaparece lentamente de la atmósfera, aunque no lo suficientemente rápido como para que su efecto deje de actuar, por lo que tras cada invierno el agujero sobre la Antártida se va expandiendo más y más. Este fenómeno no amenazaba antes a la región ártica, pero este último invierno 2015-2016 ha sido tan frío que ha propiciado la concentración de ácidos nítricos, principalmente de origen natural, y la formación de nubes de vivos y brillantes colores en latitudes septentrionales; nubes que pueden catalizar reacciones químicas compuestas por cloro. A este problema se sumará en primavera el brillo de la luz solar, que ganará mucho en intensidad. En consecuencia, la expansión del agujero en la capa de ozono sobre el Ártico alcanzará un tamaño récord y los países de las regiones septentrionales de Eurasia y Canadá recibirán mayor cantidad de radiación ultravioleta que antes, apuntan los climatólogos.

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