En calles de la colonia Guerrero de la Ciudad de México, siete disparos terminaron con la vida de un taxista de nombre Rubén Sánchez Acosta, de 32 años quien falleció en el asiento del piloto de su vehículo.
Vecinos de las calles Sol y Galeana escucharon los balazos, por lo que llamaron al número de emergencias de la ciudad.
Minutos antes una pareja vio estacionarse el coche Nissan Tsuru cromática vino con dorado. Pasaron unos tres minutos cuando se oyeron los tiros.
Aparentemente la persona que le disparó lo acompañaba en el asiento del copiloto, pues de acuerdo con los vecinos, alcanzaron a ver que en el auto iban al menos dos personas.
Después de que cesaron los disparos, algunos vecinos se acercaron al auto y encontraron al chofer recostado hacia el asiento del copiloto. Sangraba y estaba inconsciente.
De esta manera, policías preventivos que recibieron la petición de ayuda, solicitaron la presencia de una ambulancia del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM).
Inicialmente los agentes creyeron que el taxista había sido atacado al oponerse a un asalto, sin embargo, al saber por los paramédicos que el hombre presentaba al menos siete heridas de bala, consideraron que pudo haberse tratado de un ataque directo.
Al revisar la documentación que estaba en el vehículo supieron la identidad de la víctima: Rubén Sánchez Acosta, de 32 años.
Los peritos de la procuraduría capitalina que recabaron evidencias dentro del vehículo, antes de trasladar el cadáver al anfiteatro detectaron que presentaba dos impactos en el abdomen a la altura del ombligo; dos más a la altura de las costillas, uno en la cintura, uno en el pómulo derecho y uno en la mano derecha.
En medio de los asientos había una botella oscura.
Los curiosos que estaban detrás del cordón de seguridad impuesto por los uniformados dijeron no haberse percatado de quién disparó y hacia dónde huyó.
El Ministerio Público solicitó las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario