viernes, 15 de julio de 2016
En Turquía, la población frenó golpe de estado
Este viernes, un golpe de Estado ha sumido a Turquía en una situación caótica. Las fuerzas armadas turcas se sublevaron para tratar de hacerse con el poder en el país y decretaron la ley marcial.
El Ejecutivo intentó sofocar la revuelta y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió a sus partidarios que salieran a las calles para frenar la sublevación y así comenzó a ocurrir.
A través de la televisión se pudo ver cómo los golpistas comenzaban a ser detenidos y los militares eran expulsados del canal de televisión estatal desde el que estaban controlando la información.
El llamamiento de Erdogan a frenar como fuera la asonada derivó en enfrentamientos a tiros en Ankara y Estamubul. La agencia progubernamental Anadolu informó que 17 policías de las fuerzas especiales fueron asesinados en una academia policía en Ankara. En esa misma ciudad varios tanques dispararon en las inmediaciones del Parlamento turco, según se pudo ver a través de la televisión, y un avión de combate utilizado por los golpistas ha sido derribado.
El Gobierno lanzó una ofensiva contra los sublevados y pidió ayuda de los ciudadanos, a los que animó a "saltar sobre los tanques". Las mezquitas llamaron también a los fieles a resistir el golpe. El centro nacional de inteligencia, cuando la gente se había echado a la calle, dijo que el golpe había fracasado.
La asonada también tuvo un despliegue en Estambul, donde los fuerzas militares cortaron el acceso a los puentes sobre el Bósforo. Las redes sociales fueron bloqueadas y la televisión estatal dejó de emitir. La situación era de extrema confusión desde que esta noche el Gobierno denunciara la asonada.
Poco después de esa amenaza, los militares golpistas leyeron en la televisión pública un comunicado en el que aseguraban tener el control del país. Erdogan, a quien la crisis le sorprendió fuera de la capital, asegura que está regresando y que el golpe no va a triunfar. Lo ha hecho a través de un teléfono móvil que ha mostrado la cadena CNN turca. "Tarde o temprano será eliminado. Voy a volver a Ankara", ha agregado el presidente.
El primero en reconocer que el Gobierno estaba intentado ser apartado del poder fue el primer ministro turco, Binali Yildirim. "Se trata de un grupo dentro del Ejército que se ha alzado", dijo el jefe de gobierno, quien admitió que esos militares habían "rodeado algunos edificios importantes". "Quienes lo han hecho pagarán un alto precio. No haremos concesiones en la democracia", prometió Yildirim.
Los militares sublevados se hicieron con el control de la televisión, desde la que han comenzado a lanzar mensajes. Afirmaban que Erdogan era un "traidor", y lo han acusado de haber establecido un "régimen autoritario del miedo". Los militares sostienen que el país, a partir de ahora, será gobernado por un llamado Consejo de Paz en Casa.
(Con información de El País)
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