La iniciativa del diputado Héctor Chávez Ruiz se analiza en la Comisión de Radio y Televisión
Ante la Comisión Permanente del
Congreso de la Unión, el diputado Héctor Chávez Ruiz propuso reformar el
artículo 226 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, con el
objeto de evitar que la programación dirigida a niñas, niños y adolescentes
haga apología del tráfico de drogas o de la delincuencia organizada.
La iniciativa señala que a efecto
de promover el libre desarrollo armónico e integral de niñas, niños y
adolescentes se agrega a dicho artículo que la programación “que se difunda a
través de radiodifusión o televisión y audio restringidos” deberá evitar
contenidos que estimulen o hagan apología de la violencia, “en particular
aquellos que hagan apología al tráfico de drogas o a la delincuencia
organizada”.
Expone que los medios masivos de
comunicación, incluidos los digitales y las plataformas electrónicas propagan y
normalizan los diferentes tipos de violencia a través de sus contenidos que
implícitamente trabajan en el inconsciente colectivo justificando su
existencia.
El documento, turnado a la
Comisión de Radio y Televisión para su análisis, expone que las telenovelas o
series de televisión con temas de narcotráfico han aumentado. Apunta que una
encuesta del Colegio de México y de la empresa Berumen y Asociados revela que
una tercera parte de los jóvenes ven con mayor frecuencia producciones de
“narco-series” y “narco-telenovelas”.
Considera que esta programación
es una muestra de la difusión de modelos, patrones, acciones, actitudes y
formas de vida de los narcotraficantes. Observa que los efectos que causan los
contenidos televisivos en el inconsciente y consciente colectivo de las
audiencias, contribuyen a generar una apología de los cárteles de la droga en
algunos sectores de la sociedad.
Además, señala, las bondades de
pertenecer a organizaciones delictivas y poseer un capital económico,
camionetas, alcohol, drogas, mujeres, casas, joyas, ropa de marca y lujos,
junto con la imagen del narcotraficante como semihéroe, los proyecta como
personas capaces de ayudar al pueblo, incluso más que los gobernantes y
políticos.
Puntualiza que el objetivo es evitar que se transmitan contenidos que estimulen, repliquen y normalicen la violencia, principalmente los que hagan referencia al tráfico de drogas, delincuencia organizada y construyan una retórica alrededor de la figura de los líderes del narco que los visualice como héroes o heroínas y, por consiguiente, éstos sean tomados como ejemplo social que debe seguirse y replicarse.
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