• El Senador Eduardo Ramírez y la Senadora Susana Harp encabezan la colorida muestra muy arraigada entre las tradiciones mexicanas
Con la inauguración de una ofrenda monumental, el Senado de
la República se unió a la celebración del “Día de Muertos”, un ritual que se
considera Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, con el que los
mexicanos rendimos un homenaje a la memoria de aquellos que se fueron, pero que
se quedaron con nosotros a través del recuerdo de sus seres queridos.
El Presidente de la Junta de Coordinación Política, Eduardo
Ramírez Aguilar, y la Presidenta de la Comisión de Cultura, Susana Harp
Iturribarría, encabezaron la ceremonia y el corte del listón para abrir el
altar de muertos al público.
Ramírez Aguilar destacó que esta celebración es un símbolo
de nuestra identidad como mexicanos, que no sólo genera emociones, sino un
espacio de reflexión y una oportunidad para recordar a nuestros seres
queridos.
Explicó que en el altar se evoca a la memoria de los cincos
senadores de las LXIV y LXV Legislaturas que perdieron la vida: Angélica García
Arrieta, Radamés Salazar Solorio, Rafael Moreno Valle, Joel Molina Ramírez y
Faustino López Vargas; además, se rinde un homenaje a las víctimas de los
feminicidios.
“Celebremos este Día de Muertos aquí en el Senado y abramos
las puertas al público, para que la gente pueda disfrutar de este cempasúchil,
de este incienso, de las veladoras y de todas las ofrendas”.
Susana Harp, en tanto, agregó que, con esta celebración, los
mexicanos no sólo recordamos a nuestros seres queridos, sino a nuestras raíces,
por lo que es un tema profundo que nos conmueve y que nos hace volver a estar
juntos, en familia.
La ofrenda del Senado de la República también está dedicada
a Belisario Domínguez y a Elvia Carrillo Puerto, dos figuras históricas
emblemáticas para la Cámara, cuyo nombre llevan dos de los principales
galardones que entregan los legisladores a mexicanos destacados.
El Día de Muertos es una de las tradiciones más importantes
de México, donde se fusionan costumbres indígenas y españolas, no sólo para
homenajear, con respeto y veneración, a quienes se han ido, sino para
mostrarnos la infinita riqueza cultural de nuestro país.
La ofrenda de la Cámara de Senadores fue adornada con el
colorido papel picado, flores de cempasúchil, fruta, pan, agua, copal,
incienso, las tradicionales calaveritas de azúcar e innumerables elementos de
nuestra cultura.
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