▪ Dijo que es necesario brindar información a madres, erradicar malas prácticas, así como promover trato materno respetuoso y digno.
Dos millones de mujeres mexicanas, de 15 a 49 años, que
tuvieron hijos entre 2016 y 2021, sufrieron violencia en la atención
obstétrica, reveló la Presidenta de la Comisión de Justicia, Olga Sánchez
Cordero.
La senadora manifestó su preocupación por la violencia
obstétrica que aún padecen las mujeres mexicanas, al considerar que estos datos
del INEGI están muy por debajo de la realidad, porque este tipo de agresión no
es nueva, y muchas veces pasa desapercibida, porque estamos muy acostumbrados a
un sistema patriarcal.
En el ciclo de conferencias “Mujeres por una vida libre de
violencia obstétrica”, lamentó que muchas madres o futuras madres se encuentran
con personal médico y de enfermería en instituciones públicas y privadas, que
les proporcionan un trato deshumanizado, a veces, hasta insultos:
“Les niegan información sobre sus recién nacidos o sobre su
embarazo, las coaccionan para aceptar tratamientos y que firmen formas sin
información, y hasta suministran medicamentos y realizan procedimientos que
ellas no han autorizado y que no han solicitado, como cesáreas o
esterilización”.
Mencionó que la violencia obstétrica forma parte del
problema de la cultura patriarcal que persiste en el país, además de que
constituye una violación a los derechos reproductivos y sexuales de las
mujeres.
“Hace falta crear conciencia, sensibilizar el tema,
brindarles información a las madres y que sus decisiones sean tomadas en cuenta
desde el embarazo, erradicando las malas prácticas, promoviendo el trato
materno y neonatal respetuoso, digno, así como capacitar a los prestadores de
servicios de salud y modernizar la atención médica para monitorear y evaluar
los servicios de obstetricia e incorporar la perspectiva de género y de
derechos humanos al sistema de salud”.
La Presidenta de la Comisión de Salud, Lilia Margarita
Valdez Martínez, consideró necesario que se aborden este tipo de temas y que
las instituciones del gobierno tomen acciones para frenar todo tipo de
violencia contra la mujer.
En este sentido, recordó que presentó una iniciativa para
que las mujeres que se encuentren en trabajo de parto puedan ser acompañadas
por un familiar, a fin de evitar violencia obstétrica y las malas prácticas que
realiza el personal de la salud.
“La mujer en trabajo de parto es muy vulnerable, por eso es
blanco de muchas actitudes, humillaciones y hasta regaños del personal de la
salud, que repiten una costumbre que no debe ser”.
Luz María Bravo Rodríguez, especialista en ginecología y
obstetricia y comisionada en el Centro Médico Nacional 20 de noviembre, destacó
que la violencia obstétrica afecta de manera directa o indirecta el cuerpo y
los procesos reproductivos de la mujer.
Explicó que se consideran actos de violencia obstétrica no
atender eficazmente las emergencias obstétricas, obligar a la mujer a parir con
las piernas levantadas, obstaculizar el apego precoz del niño o niña con su
madre, sin causa médica justificada, negándole la posibilidad de cargarlo y
amamantarlo al nacer, entre otras formas de maltrato o mala praxis.
Úrsula Torres Herrera, especialista en medicina materno
fetal en el Instituto Nacional de Perinatología, detalló que las víctimas de
violencia en las instituciones pueden ser no sólo las mujeres en trabajo de
parto, sino también los familiares y los recién nacidos.
La especialista recomendó que para erradicar este tipo de
violencia se requiere capacitación del personal médico de la salud, diseño de
presupuestos y espacios de atención materna, brindar información amplia a
familiares y pacientes, así como erradicar el maltrato cultural y social en
salud reproductiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario