miércoles, 1 de enero de 2014
RT habla con los protagonistas de la revolución cubana 55 años después de su triunfo
RT Actualidad /
"Yo creía que Fidel se había vuelto loco", pensaba Raúl Castro sobre el líder cubano cuando este le dijo que tenía la guerra ganada contando con solo siete fusiles y unos pocos hombres.
1 de enero de 1959. Una fecha desde la cual muchos conocen a Cuba como la 'Isla de la libertad'. Tras la huida del país del dictador Fulgencio Batista, provocada por los avances de la guerrilla, el poder pasa al movimiento revolucionario encabezado por Fidel Castro.
Lo que finalmente resultó ser un triunfo, en su tiempo había parecido algo utópico y prácticamente irrealizable. Los 82 expedicionarios que en 1956 habían desembarcado en la costa cubana se proponían combatir contra el numeroso y bien equipado ejército de Batista.
"Cuando llegan a tierra, habían sido delatados, habían sido bombardeados y al poco tiempo se encontraron Fidel y mi papá, eran cinco hombres y siete fusiles y mucho tiempo después mi papá contó que 'pensaba que Fidel se había vuelto loco cuando dijo con siete fusiles ya ganamos la guerra'", contó Mariela Castro, la hija del presidente cubano Raúl Castro.
"Yo también viví cuando mi padre se lo dijo a Fidel por primera vez después de mucho tiempo y dijo 'Fidel, pensé que te habías vuelto loco'. Y se reían los dos, contando todas las anécdotas", agregó.
Pero esa guerra no podría haberse llevado a cabo sin el apoyo de la población, un respaldo que se fue creando poco a poco. Los que formaban parte del movimiento clandestino recuerdan como cada uno de sus integrantes trataba de aportar algo a la causa.
"El trabajo de la calndestinidad fue tan fuerte que en Santiago de Cuba llegó un momento que yo diría que el noventa y tantos por ciento de las operadoras, de los que trabajábamos en las plantas, etcétera, los reparadores que estaban trabajando en las líneas estaban en total apoyo a la revolución, y hacían cualquier cosa y mandaban a hacer cualquier cosa, eso permitió que el movimiento estuviera informado", opina Carlos Amat, participante del movimiento revolucionario.
Las simpatías de los isleños hacia los guerrilleros crecían también en vista del pésimo estado en el que se encontraba el país debido a la gestión de Batista. Adolfina Domínguez, que tenía 47 años cuando cayó el régimen, atestigua que la vida de los cubanos durante ese periodo era una constante lucha por la supervivencia.
"No teníamos médicos, no teniamos nada, no teníamos dinero. Trabajas, siempre masticas la tierra por ahí y verduras para que te mantengas de eso y qué más ibamos a hacer... y ahora tenemos médicos, tenemos todo, gracias a Dios y a Fidel", recuerda.
La ayuda a los rebeldes no solo provenía de los grupos sociales menos protegidos. El hogar de Cristina Ruiz Bravo, de una familia burguesa, sirvió de refugio para muchos insurgentes. "Una de las cuestiones más riesgosas que tuvieron lugar en mi casa fue cuando fueron a registrar la casa y allá se encontraban escondidos en ese momento Vilma Espín y Aidel Santamaría. Hay que decir que Vilma era una de las personas más buscadas en Santiago de Cuba en ese momento. Cuando llegaron los carros patrulleros de los esbirros de la tiranía, por supuesto Vilma no se podía quedar en la casa, tenía que escapar y escapó por los techos hacia la casa de atrás".
La búsqueda de rebeldes y los enfrentamientos no cesaban. Según algunos estudios, entre 1957 y 1958 no pasaban ni tres días sin que apareciera un revolucionario o un policía muerto en las calles o campos de la isla. La lucha, que dejó muchas víctimas en ambos bandos, requería cada vez más armas.
Otra participante del movimiento revolucionario, María Ruiz Bravo, cuenta: "Nosotros nos poníamos una sayuela con forro doble pegada al cuerpo y allí cosíamos, le hacíamos un borde a cada una de las armas para que no se movieran, nos las poníamos y nos amarrábamos fuerte con un cinturón. Había que pasar el aeropuerto de Miami, allí salíamos con armas clandestinas de Miami, había que pasar el aeropuerto de la Habana que estaba tomado militarmente, había que entrar en Santiago".
Y lo hicieron más tarde de forma triunfal. Luego se empezó a forjar un nuevo capítulo de la historia del país. Algunos de los guerrilleros que pusieron en juego sus vidas por unos altos ideales, no llegaron a ver cómo se hacían realidad muchas de sus aspiraciones. Pero, aunque ya hayan pasado varias décadas desde su muerte, el recuerdo de tales figuras como Camilo Cienfuegos o el Che Guevara, va más allá de los manuales de historia o de los monumentos y sigue muy vivo hoy en día.
La revolución cubana también dio un potente impulso a la unidad de América Latina, inspirando a líderes como Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa, Néstor y Cristina Kirshner, opina el analista político Pedro Hernández Soto. Han ido creando el ambiente de liberación nacional que permitió afrontar las manipulaciones de EE.UU. de manera conjunta, según cree el analista.
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