Hablando del Día de la mujer... Salvador Ferrer i Paradeda

Hablando del Día de la mujer Salvador Ferrer i Paradeda.

A veces tenemos tendencia a no valorar lo que nos rodea, llámese mujer o llámese hombre, aunque en un día como hoy deberíamos realmente recapacitar un poco –como hombres- y encontrar en su justa medida el “valor mujer”. No se trata de apapacharla, de darle un beso al despertar, de invitarla a comer en el mejor restaurante o comprarle un regalo que no olvidará jamás. Se trata de buscar el valor de la frase y la dedicación de una jornada entera a ella. La mujer, la compañera, la madre, la hija, la amiga… todo se vale. Su trabajo diario pasa inadvertido en multitud de ocasiones, lo vemos como una obligación por el hecho de llevar “faldas” y ser el sexo “débil”. Quienes tenemos alrededor de nuestras vidas a una mujer –o varias- que nos hacen ver la realidad, posiblemente sabemos de qué hablamos y por qué hablamos. Una mujer no es solamente eso… una mujer. Una mujer es algo más sencillo y a la vez complejo –en México gozamos de matriarcado…gracias a Dios- una mujer es el motor de la familia, motor y combustible, la paciencia, el orden, la sabiduría y la inteligencia. No se deja llevar por las pasiones, o por lo menos no tanto como el hombre. Esa mujer que convive a diario con nosotros nos hace ver que la compra de tortillas va más allá del acto en sí, que la cocina no es coto privado y que los trabajos de la casa deben compartirse. Es la misma mujer que sin recriminar nada, gusta de una sonrisa cuando después de una larga jornada se dispone a seguir con los hábitos caseros. Una sonrisa que llena corazones. Deberíamos preponderar más sonrisas, tomar más escobas y no solamente recriminar con la frase típica y tópica de…”no me atiendes como deberías”. En fin, una mujer es eso; una mujer, llena de defectos y virtudes, pero siempre dispuesta a todo –aunque a veces es mejor que no fuera así y diera un fuerte portazo-. Celebremos este día junto a ella y repartamos sonrisas…además de compartir otras cosas.