martes, 13 de mayo de 2014
"Las personas discapacitadas rinden igual o mejor que cualquier otro trabajador"
En los últimos años, los países latinoamericanos han modificado sus leyes para garantizar la inserción de trabajadores discapacitados. Sin embargo, aún existen prejuicios sociales por vencer.
La discapacidad no es una limitación. Es lo que demuestran centenares de personas con algún tipo de impedimento físico alrededor del mundo. Con el apoyo de familia, el Estado y la sociedad, las personas discapacidadas convierten sus vidas en historias de superación.
Los casos de personas ciegas que trabajan frente a una cámara de televisión, por ejemplo, se pueden contar con los dedos de una mano y en Argentina, según la última encuesta nacional de discapacidad, el 85% de las personas con esa patología que cuentan con capacitación y ganas de trabajar están excluidas del mercado laboral.
"Existe el prejuicio de que las personas con discapacidad son improductivas. Y es muy difícil que se den puestos de exposición a personas con discapacidad. Realmente yo soy una privilegiada", dice la periodista ciega de la Televisión Pública Argentina Verónica González. "En el mundo las personas con discapacidad terminan siendo los más pobres. En todos los países se asocia la discapacidad a la pobreza. Eso no es un fenómeno exclusivo de nuestro país", añade.
En Argentina se reglamentó la ley que establece un cupo del 4% del empleo para personas discapacitadas y en Brasil es del 5%.
"Tengo entendido que se avanzó también en Venezuela, Ecuador, Bolivia. Un poco en los países que encabezaron procesos más dinámicos en toda la región. Y es un poco más complejo en países como Chile, Colombia, Perú, etc., que vienen más atrás. Pero en conjunto creo que es una deuda que afecta a todos", explica Alejandro Bodart, legislador de la ciudad de Buenos Aires.
Los prejuicios siguen siendo la principal barrera. Algo que todos destacan es que no se trata de hacer beneficencia sino de tomar personas que pueden cumplir perfectamente las tareas que requieren ciertos puestos laborales.
"Está comprobado que la gente que tiene algún grado de discapacidad y recibe la oportunidad rinde igual o mejor que cualquier otro trabajador", destaca Bodart.
Miles de personas aguardan la posibilidad de demostrar lo que pueden hacer. El esfuerzo no es para ellos un obstáculo.
"Yo pienso que este camino se va a ir abriendo cada vez más. Va a costar. Ojo, no es fácil. Pero bueno, de a poco se van a ir logrando cosas. Es mi deseo como mamá", dice la madre de Ayelen Barreiro, atleta paraolímpica de 23 años con síndrome de Down que participó en el concurso televisivo de mayor audencia de la Televisión Argentina y demostró su capacidad ante una audiencia de millones de personas.
rt.
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