sábado, 9 de abril de 2016

Pedirían opinión a UNAM para nueva ley de aguas

LA CRÓNICA El diputado José Ignacio Pichardo Lechuga, propuso establecer un vínculo permanente con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para contar con la voz de los especialistas en el tránsito hacia la nueva ley de aguas que se discuta.
La conformación de la nueva norma es “un reto que comparten todos los ciudadanos”, sostuvo el presidente de la Comisión de Agua Potable y Saneamiento durante un encuentro con investigadores de la máxima casa de estudios, quienes expusieron sus puntos de vista en torno a la situación del sector hídrico del país. En su oportunidad, la priista Susana Osorno Belmont consideró que diseñar una ley no es tarea sencilla, pues además de atender la problemática actual, debe ser útil para las siguientes generaciones y requerir pocos cambios cuando se quiera modernizar su articulado. Por Acción Nacional, el diputado Andrés Aguirre Romero comentó que la gobernanza del agua será un tema relevante dentro de las discusiones de la ley. El panista Pedro Garza Treviño, propuso a los integrantes de la Comisión analizar y precisar la cantidad de agua a la que tiene derecho cada persona, para así evitar tanto faltas como abusos. Angie Dennisse Hauffen Torres, de Movimiento Ciudadano se pronunció por dar más facultades a los organismos locales y municipios en la toma de decisiones. Al tomar la palabra, Rodrigo Gutiérrez Rivas, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM insistió en calificar al agua como un derecho humano en la nueva norma. Asimismo, pidió incluir en la ley de aguas los conceptos disponibilidad, accesibilidad, calidad, asequibilidad, no discriminación y acceso a la información, lo que ayudará a priorizar el uso doméstico del líquido por encima del industrial, y a verlo no como un bien económico, sino cultural. A su vez, el investigador del Instituto de Biología, Luis Zambrano González, instó a precisar en la nueva norma otros dos conceptos relevantes: dinámica del ecosistema y cambio climático. El primero, para que los ciudadanos comprendan los ciclos naturales del agua y tomen decisiones con base en ello, pues, “no es un recurso infinito”. El segundo, para tener conciencia del cambio e intensidad de las temporadas de lluvia, que impactan en la filtración de agua en el suelo y las inundaciones, y evitar posibles contingencias. Helena Cottler Ávalos, del Instituto de Ciencias, planteó incluir a los Consejos de Cuencas –órganos locales vinculados a la gestión de recursos hídricos- en la toma de decisiones del Ejecutivo federal, además de garantizarles autonomía presupuestaria, y dar espacios de participación a los ciudadanos.

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