El dueto logra un sonido ponente tan solo con bajo y batería.
La banda portorriqueña Ad Libitum cual busca darse a conocer en la escena mexicana y presenta su propuesta sónica con el EP debut Judas, el cual en todas las plataformas digitales y del que se desprende el sencillo con el mismo nombre.
Dicho sencillo nace de la sensación de desilusión y traición de alguien a quien ayudaste, enseñaste, hasta le diste de comer y te traiciono. La letra se ubica en tiempo y espacio en un momento en que esa persona habla mientras el ofendido planea su venganza.
Ad Libitum es un dúo conformado en 2019 por el bajista y compositor Ricardo Lozada y el baterista Cristian Velázquez que retoma el sonido nu metal, que estaba en boga a principios de siglo, pero al unificarlo con otras influencias se vuelve una fusión de rap, stoner y elementos progresivos llevados a cabo únicamente con batería, bajo y una pedalera de efectos.
Desde su formación, el dúo ha estado tocando y creando diferentes canciones desde las más pesadas hasta power ballads, comprendiendo una gran variedad de sonidos que, para completar el ciclo, se vieron materializadas en su primer EP de cuatro canciones, Judas.
Fue en junio de este año, durante la cuarentena por la pandemia del Covid-19, cuando Ricardo y Cristian se aislaron en un terreno en Vega Alta, en su natal Puerto Rico, donde montaron de forma improvisada un estudio, casi al aire libre, pero con equipos eficientes. Todo dirigido por el sonidista, guitarrista y cantante Gabriel Pérez de la banda Void Wallets.
En un solo día grabaron el EP, fue un jornada agotadora pero con la satisfacción de quedó exactamente como querían. Lo que destaca de esta producción es que, siendo solo dos miembros, solo grabaron bajo y batería, apoyados con la pedalera. Lograron un sonido peculiar del stoner rock pero con influencias de nu-metal, rap-metal y metal progresivo usando un bajo Custom de cuerpo squier de los 90’, con electrónica Aguilar. Una pedalera de 12 pedales, dividida en 4 para la señal de bajo y 8 para la de guitarra.
Así, logran mostrar un sonido de la “guitarra que no es guitarra”, como lo definen ellos.
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