viernes, 27 de diciembre de 2013
Tras 8 años, mandan a cura pederasta a la cárcel por abusar de 45 menores indígenas
REDACCIÓN SDP
Tras 8 años, mandan a cura pederasta a la cárcel por abusar de 45 menores indígenas Gerardo Silvestre Hernández, sacerdote aprehendido por abuso sexual de menores
El Arzobispo de Oaxaca está implicado en el caso, debido a que no atendió las quejas de los afectados ni de los propios religiosos, prefiriendo trasladar de parroquia en parroquia al pederasta.
Oaxaca.– Gerardo Silvestre Hernández fue acusado del abuso sexual de por los menos 45 niños indígenas hace ocho años, sin embargo hasta el 22 de diciembre de este año, el sacerdote de Oaxaca fue encarcelado.
El periodista Julio Hernández López publicó este viernes en su columna “Astillero” del diario La Jornada, que el Arzobispo de la diócesis de Antequera, José Luis Chávez Botello, protegió al sacerdote pederasta, mientras hostigaba y amenazaba a los religiosos que se atrevieron a denunciarlo, lo que permitió a Silvestre Hernández ejercer su abuso por más de tres años.
El 22 de diciembre, medios locales publicaron la reacción del Arzobispo frente a la orden de aprehensión girada por el Juez Séptimo de lo Penal, en contra del sacerdote por los cargos de corrupción de menores y abuso sexual que padecieron los acólitos de la parroquia de Villa Alta en la región de la Sierra Norte de Oaxaca.
El Arzobispo aseguró que la Iglesia católica "nunca ha entorpecido, al contrario siempre facilitará que se cumpla con la ley", resaltando categóricamente que ellos no habían intervenido.
El sacerdote ya había sido aprehendido en Tlaxiaco por la policía, cuatro años después de que 10 religiosos presentaran sus denuncias directamente ante el Arzobispo, que databan desde 2006, cuando padres de familia y adolescentes se quejaron de haber sido violados durante su infancia.
La autoridades eclesíasticas de la localidad no fueron las únicas en pasar por alto los abusos, se envió una carta al Vaticano fechada el 4 de agosto de 2010, quien también ignoró las denuncias y las descalificó.
Finalmente y tras casi ocho desde las primeras quejas, y más de tres desde que se presentaron las pruebas y los testimonios comprobables, el sacerdote se encuentra en prisión por delitos de índole sexual.
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