martes, 22 de abril de 2014

El Vaticano sabía desde hace 66 años que Maciel era drogadicto y pederasta

Redacción | Mundo | El Vaticano sabía desde 1948 que Marcial Maciel abusaba de niños, era adicto a la heroína y su supuesto apostolado estaba fundado en mentiras, de acuerdo con documentos dados a conocer por la agencia Associated Press.
Según la nota difundida por AP y recogida por la web de noticias Sinembargo.mx, los archivos de la entonces Sagrada Congregación para Religiosos muestran “cómo una sucesión de papas —incluidos Juan XXIII y Juan Pablo II, que serán canonizado el próximo domingo— simplemente desestimaron reportes creíbles de que Maciel era un artista de la estafa, drogadicto, pederasta y un fraude religioso”. “Violaciones a seminaristas”. Para 1948, agrega, “siete años después de que Maciel fundó la orden, la Santa Sede tuvo documentos de enviados vaticanos y obispos en México y España que cuestionaban la legitimidad de la orden de Maciel, subrayando la cuestionable fundación legal de su orden y alertando sobre su comportamiento totalitario y las violaciones espirituales a sus jóvenes seminaristas”. “Bien enterada”. Los documentos muestran que la Santa Sede “estaba bien enterada del abuso de drogas por parte de Maciel, de sus abusos sexuales y las irregularidades financieras desde 1956, cuando ordenó una investigación inicial y lo suspendió dos años para curarse de una adicción a la heroína”. Associated Press agrega que, sin embargo, durante décadas y gracias a la habilidad de Maciel de mantener silenciados a sus propios sacerdotes, su habilidad para colocar a legionarios confiables en puestos clave en el Vaticano y su cuidadoso cultivo de relaciones con los cardenales vaticanos, obispos mexicanos y católicos poderosos y acaudalados, “Roma prefirió voltear a otro lado”. Juan Pablo II, que en 1994 dijo que Maciel era “una eficaz guía para los jóvenes”, no estaba solo en su ingenuidad. “Sus principales asesores fueron también algunos de los más feroces defensores del líder legionario, convencidos de que las acusaciones en su contra eran calumnias”.

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