En Londres, cientos de personas se reunieron delante del despacho y residencia oficial de la primera ministra británica, Theresa May, para protestar por la respuesta del gobierno al incendio del pasado miércoles en un edificio.
Los manifestantes marcharon por la avenida de Whitehall hasta la verja que conduce al número 10 de Downing Street, residencia de May y sede del gobierno, a la que no puede acceder el público.
"May tiene que marcharse", "Justicia para Grenfell" y "Sangre en tus manos" son algunos de los mensajes que corearon los presentes, que son vigilados por policías.
Paralelamente, decenas de personas siguen congregadas enfrente de la torre Grenfell, para protestar por la pobre respuesta recibida del gobierno y del Ayuntamiento de Kensington y Chelsea, encargado del mantenimiento del bloque de 24 plantas de propiedad municipal.
Las víctimas del incendio, por el que murieron al menos 30 personas y por las que se esperan muchas más víctimas, acusan al ayuntamiento de mayoría conservadora, de haber desoído durante años sus quejas sobre las insuficientes medidas de seguridad y contra las llamas de la torre.
También reprochan a May, por haber desatendido a las víctimas, pues en su primera visita, ayer, al lugar de los hechos, sólo se entrevistó con los servicios de emergencia, para decepción de los cientos de afectados.
May visitó a algunos de los perjudicados, refugiados en la iglesia local de Saint Clement, pero volvió a evitar a la multitud congregada en el exterior, que la llamó "cobarde".
La primera ministra, que está en una posición frágil, tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del 8 de junio, anunció hoy que se destinarán 5 millones de libras a facilitar ayuda de emergencia a las víctimas del incendio.
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