lunes, 9 de diciembre de 2013
Periodista acusa a Bono de venderse a los intereses del capitalismo
EFE.
El periodista italoestadounidense Harry Browne acusó a Bono, vocalista del grupo irlandés U2, de haberse subordinado "a los intereses del capitalismo", en un libro que cuestiona parte de la labor humanitaria y filantrópica desarrollada por el artista.
En entrevista con Efe en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), el periodista afincado en Irlanda sostiene que desde 2005 "se hizo imposible evitar la conclusión de que él (Bono) ha quedado reducido a ser un vendedor de los beneficios del capitalismo".
Browne ha presentado en la FIL la versión en español del libro "Bono: en el nombre del poder" (2013), publicado por Sexto Piso, en el que sostiene que el artista es un cínico con el manejo que hace de las causas humanitarias.
Tras vivir en Estados Unidos durante muchos años, en 1997 Browne llegó a Irlanda y comenzó a observar a Bono. No le conoce personalmente más allá de haberse cruzado con él "en un funeral, que es uno de los modos de interacción en Irlanda", señala.
Browne cuenta que durante años observó "que había asuntos con cierta significación que estaban de algún modo enmascarados por la evidencia de la humanidad de Bono, su moralidad, su integridad".
"Él ponía esas buenas cualidades al servicio de alguna gente y fuerzas muy repugnantes" que asocia con líderes como George W. Bush, Tony Blair y el hoy extinto senador republicano estadounidense Jesse Helms.
"Lo que vi es alguien que tiene una reputación por la música y sus buenas cualidades, que las pone en la esfera política y creo que es explotado ahí", señala Browne.
El periodista acusa a Bono de dejarse seducir por líderes como Bush y, en su caso particular, de apoyarle a promocionar en 2002 campañas contra el sida en África cuando el entonces presidente de EU impulsaba una guerra en Irak.
Luego, en 2005, cuestiona que Bono estuviera apoyando a los "señores de la guerra" que estuvieron en Gleneagles (Escocia), el propio Bush y Tony Blair, en una cumbre del Grupo de los Ocho (G8) sin mantener una postura más crítica con ellos.
"Mientras ellos están en un proceso de destruir Irak, y eso no está atenuado, eso es lo que hicieron, se encuentran con la oportunidad de utilizar a Bono y a (Bob) Geldof en 2005 para presentarse como los líderes de una lucha global contra la pobreza. Y Bono coopera", señala.
Considera que algunos líderes mundiales "reconocen en Bono a un personaje potencialmente útil, alguien que es un poco distinto a cualquier otra celebridad humanitaria por el buen bagaje que trae de su mundo cultural y que les puede ayudar a tener un halo de humanitarismo en su trabajo".
Browne, que confiesa tener "un poco de anarquista", asegura que Bono es hoy un "spin doctor" (defensor de las bondades de algo) del sistema, particularmente en los últimos cinco años.
Browne sostiene que el suyo no es un libro contra Bono, ni dice que el artista sea "irredimible o una mala persona", pero cree que "ha sido utilizado" por los poderosos para fines espurios.
Por último la obra lanza una mirada crítica contra las organizaciones filantrópicas occidentales, que obtienen beneficios fiscales a cambio de sus fondos y a la vez transfieren "el poder de tomar decisiones, hacer políticas y generar conocimientos" de los Estados a organizaciones que no necesariamente rinden cuentas ni tienen un mandado democrático.
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