martes, 4 de marzo de 2014
Música de viento en la catedral de México
El templo religioso de la capital es el único con dos órganos en América. La reparación de los isntrumentos duró siente años
PAULA CHOUZA .
El medio centenar de turistas que deambula por los pasillos de la catedral no sabe que escucha un concierto inédito. Apenas un día antes, en misa de domingo, el arzobispo de la Ciudad de México, Norberto Rivera bendecía los dos órganos erigidos sobre el coro. Con más de tres siglos de antigüedad, estos instrumentos acaban de terminar un proceso de restauración que ha durado siete años. Para su reparación, los órganos viajaron hasta Barcelona, donde se encuentra uno de los talleres más prestigiosos del mundo, dirigido por el restaurador Gerhard Grenzing. “En México no tenemos un especialista similar”, explica el padre Felipe Galicia, director del Coro de la catedral. “¿Por qué nos ha llevado tanto tiempo la rehabilitación? Pues porque está bien hecha”, asegura sonriente.
Le entrevista se realiza a primera hora de la tarde del lunes, con una sintonía sobrecogedora de fondo: El ensayo del conciero que se celebra este martes para escenificar la reinauguración de ambos instrumentos. Colocados sobre dos de los grandes arcos de la nave principal del templo, cada uno de los órganos suena diferente, explica el sacerdote, “uno es brioso, el otro más abrazador”. La historia de su última reparación comenzó en agosto de 2007. “Fueron dos procesos diferentes, primero empezamos con uno de los órganos y después pasamos al otro, pero nunca nos quedamos sin los dos a la vez”.
El trabajo de afinación y armonización es complejo. Desde hace tres meses un equipo de profesionales trata de acoplar los dos instrumentos. “Nos hubiera venido bien un mes más, porque el sonido está sujeto al ambiente: el clima, la humedad y la temperatura. Hay que tratar de mantener una temperatura y humedad promedio, encontrar un equilibrio. En la catedral tenemos unos 20 grados de media, pero el clima es cambiante y hay que afirnar 3.000 tubos por órgano. Ya habíamos calculado estas fechas, pero un rato más hubiera sido mejor”, se sincera.
El órgano más antiguo es el del lado oriente de la catedral, el de La Epístola, y data de 1695. Fue modificado en 1736 por José Nazarre, quien también construyó el segundo instrumento en 1735, ubicado en el lado poniente, el del Evangelio.
Las labores de rehabilitación de los instrumentos llegan después de una primera época de reparaciones en el edificio, en los años noventa. “La prioridad era la correccion geométrica del templo, alterada debido al hundimiento de la propia ciudad”, explica Galicia. “Los órganos estaban dañados porque durante las obras para rehabilitar el edificio se retiraron las ventanas de la parte superior y cayó agua sobre ellos. Además, antes, los instrumentos habían sufrido los efectos de la contaminación ambiental de los años ochenta, la falta de mantenimiento y también de uso. Se perdieron elementos de pieles que van en ellos y también era necesario desmontarlos”.
“No tenemos el presupuesto final”, afirma el sacerdote cuando es interrogado sobre el costo de los trabajos. En octubre de 2013, cuando regresó a la catedral el segundo de los órganos resaturados, el CONACULTA, organismo del Gobierno encargado de la gestión cultural en México, informó de una inversión de 16 millones de pesos. Este martes la catedral capitalina se viste de largo para la reinauguración oficial de los órganos. El concierto comienz a las ocho de la tarde y la entrada es libre.
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