lunes, 30 de junio de 2014
España: 2 millones de personas justifican violencia de género
Gloria López / Cimac
Miguel Lorente hizo una “resonancia magnética” a la violencia de género para evidenciar “tejidos blandos” que no se ven, y “zonas oscuras” que no se advierten suficientemente.
Lo planteó al participar en una jornada organizada por la Asociación de Mujeres Juristas Themis, con motivo del décimo aniversario de la Ley Integral contra la Violencia de Género y que se celebró ayer en el Salón de Actos del Consejo General de la Abogacía Española.
La situación no es halagüeña. Los datos muestran que la violencia de género ha aumentado. Mientras en 2006 había 400 mil mujeres que vivían bajo la violencia, en 2011 llegaron hasta 600 mil. Es decir, en los años en los que se contó con más recursos y medios para abordar la violencia machista, ésta creció en un 50 por ciento.
“No es porque la ley no sirva”, advirtió Lorente. Sino por el “postmachismo”, una reacción a los cambios sociales que están impulsando las mujeres.
“Ellas lideran unas transformaciones que rompen con ese corsé de roles y espacios que les impedía incorporarse en igualdad a la sociedad y disfrutar de libertad e independencia. En cambio, los hombres no cambian y permanecen en esa idea de que su mujer debe hacer lo que se espera de ella, es decir, ser ante todo una buena esposa, madre y ama de casa.
“Y cuando intentan imponer ese criterio y la mujer no lo acepta, recurren a un mayor grado de violencia, y cuando este aumento de la violencia también fracasa y la mujer decide no continuar con la relación, se entra en la zona de riesgo del homicidio”.
Lorente señaló que no debemos limitarnos sólo a las denuncias. Según la macroencuesta de 2011, de las casi 600 mil mujeres sometidas a violencia de género, sólo el 22 por ciento denunció, es decir, “la inmensa mayoría no denuncia, algo que choca con el mito de que se denuncia falsamente”. Es una de las “zonas oscuras”.
Estas mujeres que no denuncian aun sufriendo violencia, o siguen aguantando, o se separan. Y cuando lo hacen, las y los hijos, que han estado viviendo la violencia por parte del padre, no quieren verlo.
Surge entonces una perversa interpretación: la madre manipula, lo que se ha estipulado incluso en el falso síndrome llamado SAP. “Todo esto es consecuencia de una violencia previa que no se investiga”, explicó Lorente. Nueva “zona oscura”.
En el análisis de la violencia contra las mujeres que dio el experto destacó la llamada de atención sobre la “tolerancia” y la “normalización” de la misma.
Según el Eurobarómetro de 2010, en Europa hay un 3 por ciento de personas que considera “aceptable” la violencia de género en determinadas circunstancias y un 1 por ciento en todas.
Eso se traduce que en España, de entrada, hay dos millones de personas que piensan que esta violencia es justificable en algunas circunstancias.
MALTRATADORES Y ASESINOS
También criticó que, al analizar la violencia machista, se desvíe la mirada y se deje al responsable en segundo plano. Desde que se contabilizan las víctimas de esta lacra, ha habido 700 mujeres asesinadas, lo cual quiere decir que hay 700 hombres asesinos.
Por cierto que “no son borrachos, ni actúan como consecuencia de las drogas”, aclaró Lorente, quien analiza las sentencias de los 346 homicidios perpetrados entre 2001 y 2010.
Los agresores saben lo que hacen y “aceptan las consecuencias de sus actos”, actúan más cuando la mujer se separa –ven en peligro su dominio–, y en los crímenes se advierte la expresión de una violencia acumulada y también indicadores de odio y ensañamiento.
En cuanto al aspecto institucional, analizando los estudios de condenas que ofrece el Observatorio de Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, Lorente advirtió que “hay circunstancias relacionadas con la investigación y la instrucción que afectan al resultado y se traduce en menos sentencias condenatorias”.
Es claro que el riesgo de asesinato es mayor para aquellas mujeres que no denuncian. Pero no podemos obviar que de las 295 mujeres ultimadas en los últimos cinco años –sin contar las de 2014–, 72 habían denunciado.
“Donde tenemos más margen para actuar es tras la denuncia”, dijo Lorente, “y cuando los juzgados conceden medidas de protección, el riesgo baja”. Pero observó que la campaña machista de las “denuncias falsas” se traduce en la percepción de la propia víctima, en los juzgados, en el entorno, en todo.
Para el que fuera delegado del gobierno para la Violencia de Género, el avance en la protección de las mujeres tiene que ver con la valoración del riesgo y con adoptar los mecanismos adecuados, como las pulseras que permiten detectar la proximidad del agresor.
El especialista insistió en no ir sólo a lo evidente. Una de las claves está en el personal de la salud. “Las mujeres que sufren violencia van más a los centros de salud, por distintos motivos, a veces no demasiado evidentes, y no están siendo tratadas como tales, a veces por falta de formación del personal médico”.
“POSTMACHISMO” GUBERNAMENTAL
Lorente denunció que el “postmachismo” social “está pasando a ser un ‘postmachismo’ institucional”, que se expresa en los cambios planteados a la Ley Integral –buscando esconder la violencia que sufren las mujeres en el contexto doméstico o familiar–; la supresión de educación para la ciudadanía; los recortes en materia de salud; los indultos a guardias civiles que se burlan de agresiones sexuales, o la reforma de la actual ley del aborto.
Este “‘postmachismo’ utiliza la confusión como aliada para que todo siga igual bajo la desigualdad”. Bajo el juego de que “toda la violencia es importante”, insisten en destacar que las mujeres también hacen el mal.
Intentar mezclar todas las violencias, sus diferentes circunstancias y los distintos objetivos que persiguen, es no querer solucionar ninguna de ellas y dejar que todo transcurra como hasta ahora.
Pero como Miguel Lorente explicó, “estas reacciones y argumentos demuestran de manera directa que la desigualdad no es casual y que la violencia de género no es un accidente, sino todo lo contrario. La realidad es resultado de algo que se hace”.
En la jornada “Décimo aniversario de la Ley Integral: evaluación y propuestas de mejor” se analizó y debatió sobre los avances alcanzados y medidas contempladas en la L.O. de Medidas de Protección Integral contra la violencia de género, así como la realización de propuestas en esta materia.
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