lunes, 15 de agosto de 2016

Playas de Francia vetan al burkini por considerarlo como "señal de adhesión al yihadismo"

El burkini es una prenda considerada como "señal de adhesión al yihadismo" y plantea además "problemas de higiene". En París, Francia hubo pleno debate sobre el islam, pues los burkinis han comenzado a extenderse en las playas del país, son tres localidades que han prohibido ya ese bañador, que cubre completamente el cuerpo de la mujer alegando motivos de higiene y seguridad. El Tribunal Administrativo de Niza, consideró que el veto respetó las disposiciones del artículo primero de la Constitución, que definen a Francia como una República laica y prohíben a cualquier persona “hacer prevalecer sus creencias religiosas sobre las reglas comunes”. La polémica sobre ese bañador saltó a principios de agosto cuando se conoció la propuesta de la Organización no gubernamental (ONG) Smile, de reservar un parque acuático cercano a Marsella exclusivamente para mujeres, a las que se les pedía acudir con esa prenda o bien cubiertas.
Al ejemplo de Cannes y Villeneuve-Loubet, ambas en la Costa Azul, se sumó este fin de semana Sisco, en Córcega, después de que el sábado se registrara una pelea entre jóvenes corsos y familias de origen magrebí, el altercado, en el que hubo cinco heridos, se desencadenó después de que ciertos bañistas las fotografiaran. Cannes pronunció de forma más general contra ese polémico bañador, que “manifiesta de forma ostentosa una pertenencia religiosa, cuando Francia y los lugares de culto religioso son actualmente objetivo de ataques terroristas, puede provocar disturbios del orden público”, detalló su decreto, que no citaba específicamente el nombre de burkini. Villeneuve-Loubet también había mencionado los ataques yihadistas en defensa de su decisión, tras considerar que ese bañador “no es apropiado” y no tiene lugar “por razones de higiene”. Pero el director general de servicios del ayuntamiento, Thierry Migoule, fue más lejos y en declaraciones, aseguró que el burkini es una “señal de adhesión al yihadismo” y plantea además “problemas de higiene”. La Liga de los Derechos Humanos (LDH) y el Colectivo contra la Islamofobia en Francia (CCIF) llevaron ante los tribunales esa ordenanza, pero la justicia respaldó este sábado a las autoridades locales. El juez indicó igualmente que en el actual estado de emergencia y ante los recientes atentados, en particular el que en Niza mató a 85 personas a mediados de julio, un bañador diferente del habitual puede ser interpretado como algo más que “un simple signo religioso”. Según recogieron los medios franceses, el abogado de esa asociación, Sefen Guez Guez, cree que este veto temporal “abre la puerta a la prohibición de todo signo religioso en el espacio público”.
La guerra abierta entre defensores y detractores está lejos de terminarse pues el Colectivo contra la Islamofobia en Francia pretende recurrir su derrota judicial ante el Consejo de Estado francés, la máxima instancia administrativa del país. La LDH también había advertido sobre las consecuencias de esas prohibiciones: la alcaldía de Cannes, en su opinión, discrimina a mujeres que no cometen ningún delito y al mencionar explícitamente los atentados, efectúa “una amalgama peligrosa para la paz social”. La relación del islam con la República francesa ha pasado a estar en el punto de mira especialmente tras los últimos ataques y la lucha de las autoridades contra la radicalización, que contempla prohibir la financiación extranjera de las mezquitas e implicar a los ciudadanos de confesión musulmana contra toda deriva.

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