jueves, 31 de julio de 2014
Ecatepec: La tierra del “carpetazo”; sin resolución el caso de “Gabis”
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Una mujer con el cabello avellanado y gafas oscuras está parada en la entrada de una vecindad cuya pared turquesa se encuentra deslavada y agrietada. Frente a ella hay un puesto de dulces improvisado. No se inmuta. Tiene sus manos cruzadas y recargadas en su abdomen.
Su rictus árido se condimenta con el silencio que caracteriza a los pueblos del municipio de Ecatepec que, están asolados por la violencia, la pobreza y la delincuencia organizada.
De pronto, una corriente de aire, comienza a mover un moño color negro que cuelga de la parte superior de la puerta. Ella suspira. Es Doña Bertha, madre de Gabriel Gabino Álvarez Pliego, joven de 22 años de edad asesinado el 19 de febrero de este año, dentro de las instalaciones de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Gabriel, quien estudiaba el 8º semestre de Derecho y era policía vial, salió aquel día del Banco Banorte después de haber retirado supuestamente 80 mil pesos. La cantidad se debió a un préstamo que había solicitado presuntamente a la sucursal, según conoció la Revista HASHTAG por una fuente extraoficial que por motivos de seguridad no revelará.
De acuerdo con el video de las grabadoras municipales, una camioneta y una motocicleta al estilo del sicariato colombiano, lo siguieron. Una vez en el campus, descendieron, lo persiguieron hasta un salón. Allí le dieron muerte con tres tiros para despojarlo del dinero.
Como otras víctimas en territorio mexiquense, Gabriel pertenece a las estadísticas por homicidios dolosos, donde las autoridades optan por los carpetazos.
Tan sólo del periodo 2007-2013 se contabilizaron 15 mil 598 asesinatos en el Estado de México, de acuerdo con el reciente informe emitido por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Además, del 1o de diciembre de 2013 al 31 de enero de 2014 se registraron en esa entidad 2 mil 367, según el cruce de datos recabado por el semanario Zeta.
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El pasado 5 de marzo hubo una marcha que partió de la UAEM hacia el Palacio Municipal de Ecatepec. El fin era exigir justicia en el caso.
La caravana que permanecía por momentos con silencios prolongados lanzaba consignas exigiendo “solución” o “¡Destitución de autoridades incompetentes de la UAEM!”, así como las condiciones de inseguridad que se viven alrededor del campus.
Cristian Álvarez Pliego, hermano del fallecido, reclamó frente a la administración del alcalde Pablo Bedolla que: “Necesitamos justicia, no necesito que sea un carpetazo más ante las autoridades cruzadas de brazos. Me han dicho que me van a llamar, que me van dar fundamentos, que me van a tener al tanto. No lo he visto por ningún lado. Por parte de las autoridades, necesito escucharlos, que se hagan de presencia física, tanto para mi persona como para mi familia”.
En esa ocasión, Cristian iba vestido de color blanco y denunciaba mediante un micrófono la ineptitud de las autoridades que hasta el momento no habían conseguido resolver nada en el caso. Había mantas que rezaban: “Seguimiento a el asesinato de Gabriel Gabino Álvarez, Servidor público, policía y estudiante”, mientras que familiares, estudiantes y cercanos protestaban por el “asesinato artero”.
Y finalizó:
“Yo sé que 40 mil pesos que pretenden dar por la muerte de mi hermano no lo valen, yo quisiera dárselos, les duplico la cantidad, les triplico la cantidad, pero regrésenme a mi hermano con vida, eso es lo que pido, justicia”.
Por su parte, Pedro Álvarez Corona, tío de la víctima, exigió durante la manifestación que solicitaba la pronta solución del caso y que “no quede en el carpetazo nada más”.
Además pidió la destitución del rector de la UAEM, Jorge Olvera, y del director general de Centros Universitarios, Pablo Emilio Pérez, quien a un día del hecho declaró a Televisa que: “dejemos que corran las investigaciones, que lleguemos a esclarecerlo. Fue una situación circunstancial, no fue académica, esto viene de afuera, se vulneró poquitito la seguridad”.
Álvarez Corona dijo al respecto: “El disgusto que tenemos los familiares es la declaración que hizo ante los medios donde dijo que `por poquitito que se burló la seguridad, hubo un muerto´, ¿que esperaba?, ¿una masacre para que se pudiera dar otro poquitito más? (…) No puede ser que escuchen una detonación y corran y se escondan”.
Cabe señalar, ese mismo día del homicidio, el rector Jorge Olvera, se encontraba en el evento llevado a cabo en Toluca donde estuvo presente el presidente Enrique Peña Nieto, así como su homólogos de Estados Unidos y Canadá, Barack Obama y Stephen Harper.
Al respecto, alumnos consultados por este medio, cuya identidad no será expuesta debido a que apuntaron que en la UAEM “dieron la orden de que nadie hablara sino habrían consecuencias”, comentaron que el caso se manejó con silencio, y sin permitir que trascendiera más allá.
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“Venga a ver la cama de Gabriel, aquí dormía él”, dice Doña Bertha al reportero de este medio mientras desliza sus manos por las cobijas como si tratara de sentir de algún modo la esencia de su hijo.
Debajo de sus lentes oscuros -que usa por una reciente intervención médica en sus ojos- se ve como escurren lágrimas por las mejillas de Doña Bertha. Hay silencio. El cuarto es muy pequeño. Allí está una cama personal y una litera, así como una mesa y una cocineta.
“Me arrebataron a mi tesoro”, lamenta con aquel tono de rabia y el de una madre herida. Y revira: “¡Vea nuestro techo! ¡¿Usted cree que ésta es la casa de alguien que gana mucho dinero?!”.
El color verde está aún más deteriorado que el de afuera. Claramente se ve cómo la humedad ha carcomido de tal modo que se filtra el agua. Está casi desvencijado.
Repentinamente, la madre de Gabriel Álvarez muestra su enojo contra los periodistas: “¿¡Por qué andan diciendo que mi hijo andaba en malos pasos, que fue un ajuste de cuentas si ni siquiera habían investigado?!, él no tenía tiempo nunca, siempre estaba estudiando o trabajando”.
El diario La Prensa publicó: “Varias son las líneas de investigación en las que presuntamente trabaja la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, para esclarecer el homicidio del alumno de octavo semestre de la carrera de derecho del Centro Universitario de Ecatepec de la UAEM Gabriel Gabino Alvarez Pliego”.
Y añadió: “Pero hay una que particularmente llama mucho la atención, por el perfil profesional y laboral del alumno, toda vez que se desempeñaba como policía municipal adscrito a la Unidad Venus de seguridad vial, y que según versiones de algunos estudiantes del plantel, todo apunta a que el dinero podría no ser el móvil de su asesinato, al haber escuchado en la escena del crimen de parte de los homicidas el comentario: `nos mandaron a matarte´; lo anterior, luego que el propio Alvarez Pliego, momentos antes que le quitaran la vida les ofrecía el dinero a cambio de perdonársela. Cabe recordar que ayer miércoles alrededor del mediodía Gabriel Gabino Alvarez Pliego retiró de una sucursal bancaria (Banorte), la cantidad de 80,000 pesos para supuestamente comprar con ese dinero un automóvil, y posteriormente tomó camino al Centro Universitario donde tomaba clase en la carrera de derecho, pero nunca se percató que era seguido por un par de sujetos a bordo de un automóvil y una motocicleta”.
–¿En qué se basaron las autoridades para determinar un presunto ajuste de cuentas? –se le pregunta a su hermano mayor, Christian.
–Eso es lo peor de todo, que apenas los policías habían llegado a la escena, y eso les dijeron a los reporteros que ni siquiera comprobaron que fuera verdad… le han venido a calentar la cabeza a mi mamá con estupideces.
***
A pesar de que el pasado 5 de marzo, el alcalde de Ecatepec, Pablo Bedolla, señaló que “se le indemnizará con unos 200 mil pesos, cantidad que sería doble si hubiera estado en activo, pero el día de los hechos se encontraba franco”, la familia Pliego Álvarez denuncia que eso es “falso”.
–¿Recibieron alguna indemnización del gobierno de Bedolla?
–No, sólo una ayuda para los gastos funerarios, y además incompleta.
–¿De esos 200 mil que dijo que les daría, ustedes sabían?
–No, hasta ahora que nos lo dices.
Y no sólo eso. La comunicación del gobierno municipal en cuanto a los avances del caso ha sido silenciosa.
Luego del asesinato, el vocero de seguridad estatal, Indalecio Ríos Velázquez, quien actualmente forma parte del gabinete personal de Eruviel Ávila como secretario técnico, declaró que: “Se han establecido la cooperación por parte en la institución bancaria para poder allegar los elementos que pudieran llevarnos eventualmente a la detención de él o los responsables, las investigaciones siguen en su curso. La línea de investigación que se tiene hasta este instante respecto de este hecho es el robo. Seguimos trabajando bajo esa línea y tan pronto nosotros tengamos más resultados por supuesto que los daremos”.
Y es que a más de cinco meses, al menos en tres ocasiones, se ha cambiado al fiscal encargado de la investigación. No hay avances. No hay responsables. Nada.
Adicionalmente, no les han permitido tener acceso a la carpeta “porque dicen que es delicado”, confirmó Christian en entrevista telefónica con HASHTAG.
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Gabriel Gabino Álvarez Pliego estaba en 8º semestre de Derecho y en 6 meses más acabaría la carrera.
Sus fotos con toga y birrete permanecen estáticas junto a tres veladoras y flores. Un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús se encuentra arriba con las palabras del “Padre Nuestro”.
En el librero se alcanzan a ver los códigos coloridos, ya opacos por el polvo que se ha juntado. “A Gabis le gustaba defender a la gente, por eso escogió Derecho”, narra Doña Bertha al tiempo que abraza sus fotografías. Quiere sentir a “Gabis”, llamado así de cariño por todos sus familiares.
Después su hermano trae una placa que dice “Gabriel Gabino Álvarez Pliego – Licenciado en Derecho”. Y explica que la encontraron entre sus cosas días después de que murió.
Posteriormente, Doña Bertha se aferra al marco, sus manos se tensan y comienza a sollozar. Su hijo la abraza. Ella sostiene más fuerte el cuadro y con sus yemas acaricia el rostro de Gabriel.
***
Hasta el momento el Estado de México ha dado muestra de poca transparencia en el caso de Gabriel.
No sólo sus familiares, cercanos y colegas han tenido denegado el acceso a la situación y los avances, también los contados medios de comunicación que no reprodujeron irresponsablemente la nota roja.
Este reportero dio a conocer a través de la edición 23 de la Revista Variopinto el caso de Gabriel Gabino Álvarez Pliego y la situación de criminalidad que azota al Estado de México. Y a pesar de la insistencia para concertar una entrevista con el gobernador mexiquense, Eruviel Ávila Villegas, no hubo respuesta.
La primera persona que contestó en comunicación social y que se identificó como Guadalupe, señaló como “imposible” esa entrevista, sin embargo, ofreció la opción de conversar con sus dos asesores.
Un día después, en ese mismo teléfono, otra voz tomó la llamada y apuntó que no existía nadie con ese nombre. No ofreció ninguna alternativa y negó que ese número fuese el de comunicación social.
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