En el estado de Sinaloa, luego de la muerte de ocho bebés prematuros en el Hospital General de Los Mochis, entre el 13 y el 22 de julio, el secretario de Salud, José Narro Robles, giró instrucciones de conformar un equipo altamente especializado, para revisar la información contenida en los expedientes clínicos de los menores, analizar los resultados de laboratorio e inspeccionar sanitariamente a la unidad médica.
De acuerdo a un comunicado, el grupo está conformado por expertos de la Dirección General de Calidad y Educación en Salud, de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad y de la Dirección General de Epidemiología.
El personal de la COFEPRIS realiza la verificación de las condiciones sanitarias del hospital, entre otras, comprobar la calidad del agua, la preparación de los alimentos, la limpieza de ductos, pasillos, baños, dispensadores de jabón y el correcto lavado de manos del personal.
Por otro lado, los neonatólogos e infectólogos pediatras de la Comisión Coordinadora de Institutos Nacionales de Salud y Hospitales de Alta Especialidad hacen nuevos estudios de laboratorio.
Según información de la Secretaría de Salud de Sinaloa, los menores fallecieron, uno por hidropesia fetal, otro por atresia duodenal, tres por prematurez extrema (el primero de un kilo 100 gramos y 26 semanas de gestación; el segundo de un kilo 100 gramos y 28 semanas de gestación y el tercero de 750 gramos y 17 semanas de gestación), dos por choque séptico y uno por probable choque séptico.
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