Daniel Blancas Madrigal |
Ni elementos de la Policía Federal ni efectivos del Ejército mexicano participaron en el ataque y posterior desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, de acuerdo con los datos a disposición de la Procuraduría General de la República.
Conforme a la averiguación previa abierta en la dependencia federal, sólo se ha identificado la intervención de policías locales, en especial de corporaciones de seguridad pública de los municipios de Iguala y Cocula.
El expediente está basado en diversos testimonios -tanto de estudiantes de la Normal Rural como operadores del sistema C-4, testigos de los hechos y personas detenidas-, y hasta ahora ninguno refiere la presencia física de policías federales o militares.
Según la PGR, también se han analizado diversos videos y evidencia documentales, las cuales no han arrojado ni un solo indicio de la participación directa de fuerzas federales.
“No se cuenta con elementos ni pruebas que vayan en tal sentido”, refirieron fuentes de la Procuraduría.
Conforme a esta versión oficial, la llegada de la PF y del Ejército es posterior a las agresiones y secuestros perpetrados por agentes municipales, ya cuando se habían reportados heridos en la clínica del lugar.
El procurador Jesús Murillo Karam ha consentido que los militares no participaran en los hechos, “porque hubiera sido peor, habrían tenido que respaldar a la autoridad establecida (es decir, la policía municipal)”.
Conforme a su versión, aquella noche del 26 de septiembre policías de Iguala y Cocula, obedeciendo órdenes del alcalde de Iguala José Luis Abarca, atacaron a los normalistas de Ayotzinapa, mataron a tres y a otros 43 los entregaron a Guerreros Unidos, grupo que presuntamente los asesinó e incineró en un basurero de Cocula.
Sin embargo, en los últimos días han surgido versiones en el sentido de que el ataque fue orquestado y ejecutado por la Policía Federal, con la complicidad del Ejército.
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