El maíz ha formado parte fundamental de la tradición de México; desde tiempos prehispánicos, donde era una de las bases fundamentales de la alimentación, junto a la calabaza y el chile.
La domesticación del maíz, se ha convirtido en la base de la agricultura de nuestros antepasados, y la importancia de este alimento continuó en la época virreinal y hasta nuestros días, donde ya sea la tortilla, la masa, el grano o el elote completo son parte de muchos de nuestros platillos típicos.
Una de las presentaciones que más disfrutamos del maíz es el esquite, el cual es un antojito mexicano.
La receta es sencilla, se desgranan los elotes, se hierven con sal o se asan, se agrega epazote, hierbas de olor, y muchas personas le agregan patas de pollo o tuétanos, pero es al gusto de quien lo prepara, este simple platillo es suficiente para deleitar el antojo de cualquiera.
La presentación más conocida, es poner una capa de esquites en un vaso, después una cucharada de crema o mayonesa, limón, queso, chile, otra capa de elotes, crema/mayonesa, más limón -como buena tradición mexicana- y para rematar, más chile. Ese vaso es más que suficiente para saciar nuestro antojo por algo calientito, llenador y por supuesto muy mexicano.
Existen otras versiones, algunos los fríen el elote en mantequilla y les agregan chile verde picado; los más famosos de la zona centro de la Ciudad de México (CDMX), los de Xola con Eje Central que preparan con tuétano, otros los acompañan con pollo, carne o longaniza, y hay algunos que los prefieren solo con limón. Esa es la maravilla del esquite, se puede preparar al gusto del consumidor sin ningún problema.
Este antojito es muy fácil de encontrar en las calles de la CDMX, Hidalgo, en ferias, plazas públicas, y en otros lugares como Puebla, Tampico, Aguascalientes, Michoacán, Monterrey, Durango y Sinaloa.
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