martes, 31 de diciembre de 2013
Amenazan pobladores de Atliaca con linchar a cura
Lo acusan de fomentar el consumo de alcohol y cobrar muy caro los servicios sacramentales, además de cuestionar los usos y costumbres de la comunidad indígena, perteneciente a Tixtla.
ROGELIO AGUSTÍN ESTEBAN
En Atliaca, un grupo de pobladores advirtió que linchará al sacerdote Carlos Crestino Luna si la Diócesis Chilpancingo-Chilapa no lo retira. Lo acusan de consumir alcohol con los catequistas; cobrar muy caro por los servicios sacramentales y cuestionar los usos y costumbres de esta comunidad indígena perteneciente a Tixtla.
El sacerdote Crestino Luna llegó a la localidad hace aproximadamente tres años, luego de que los habitantes de la cabecera municipal de Apango lo expulsaran por cometer diferentes abusos contra los pobladores.
Hace tres meses, un grupo de pobladores liderados por Federictor Juárez Cabrera, Humberto Iglesias Tepec, Urbina Jacobo Domingo y Felipe Caballero Aguilar decidieron cerrar el paso a la iglesia principal y de esa manera evitar el paso del sacerdote.
Fueron tres las razones por las que rompieron cualquier tipo de relación con el cura:
"El señor desde que llegó nos dijo que ya no debíamos adorar las imágenes de los santos ni las cruces, que eran solo madera y pintura, ante lo que nosotros le respondimos que en ese caso nunca se hubiera canonizado a Juan Diego", dijo Federictor Juárez.
En segundo lugar, explicó que el costo de los servicios sacramentales, como bodas, bautizos y confirmaciones, por los que se cobra un promedio de cien pesos se subió hasta 250, lo que resultó impagable para los feligreses.
La tercera causa de la confrontación fue definitiva: "Nos pidió que ya no realizáramos la ofrenda de cada 1 de septiembre en el pozo de Oztotempa para pedir lluvias, cuando esta es una costumbre de cientos de años que ninguna autoridad nos a cuestionado".
El sacerdote también conminó a los lugareños a no celebrar el día de muertos como tradicionalmente lo hacen, lo que calificaron como un exceso.
El domingo 29 de diciembre, luego de tres meses de mantener la iglesia cerrada, un grupo de simpatizantes del sacerdote se introdujo a la explanada de la iglesia y trató de abrirla por la fuerza.
Hubo un enfrenamiento a golpes que dejó como saldo siete personas lesionadas, lo que motivó la intervención del subsecretario de Asuntos Religiosos del Gobierno estatal, Jorge Alberto González Rivero, quien agendó una reunión para el lunes 30.
El lunes se contactó telefónicamente al funcionario y dijo que desconocía el resultado de la reunió, que ese era un asunto en manos de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa.
Los inconformes con el cura se presentaron a las 11 de la mañana en las oficinas de la Diócesis ubicadas en Chilpancingo, de ahí los mandaron hacia la cabecera municipal de Chilapa, a una hora de distancia para entrevistarse con Humberto Cervantes, que es el vicario obispal.
"Primero nos agendó a las dos de la tarde, luego nos movió la cita para las siete de la noche y aguantamos; después nos dijo que solamente nos atendería durante diez minutos y en ese tiempo nos señaló que no podíamos quitar ni poner a ningún sacerdote, que eso nada más es facultad del obispo", indicó Felipe Caballero, ex mayordomo de la petición de lluvias.
En la reunión con el subsecretario de Asuntos Religiosos del domingo, los inconformes pactaron que el cura no oficiaría misa en la calle de frente a la iglesia ni en la cancha principal del pueblo.
Pero la mañana del martes 31, un carro de perifoneo anunció que Carlos Crestino oficiará la última misa del año en la cancha aludida, lo que los opositores califican como una provocación.
"La gente ya resolvió que pueden tomar acciones muy duras, como cuando se linchó a unos delincuentes que asolaban la zona; si cumplen con su anuncio nosotros vamos a tener que acatar lo que el pueblo mande", advirtió Federictor.
¿Pueden linchar al cura?
-Así es.
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